El Sindicato de Estudiantes aseguró este jueves que la prohibición de llevar a cabo la concentración que había convocado para este viernes y que los agentes del Cuerpo Nacional de Policía hayan impedido celebrar varias manifestaciones en Alcorcón supone que, "en la práctica", se haya declarado un "estado de excepción" que no permite el "legítimo derecho a la manifestación pacífica".
Según el sindicato, su protesta tenía como objetivo "demostrar en la calle que los jóvenes de Alcorcón no son racistas y denunciar la utilización de los hechos del fin de semana por parte de la derecha, grupos fascistas y determinados medios de comunicación que han pintado una realidad absolutamente falsa de lo acontecido, con el único objetivo de introducir prejuicios reaccionarios y xenófobos y criminalizar a la juventud de la ciudad".
La organización estudiantil destacó que "después de intentos infructuosos por conseguir una reunión con la Delegación de Gobierno para garantizar el normal desarrollo de la concentración", la respuesta del departamento que dirige Soledad Mestre ha sido enviar a la policía a los institutos para desconvocar la movilización, generando "un clima de miedo y tensión impropio de un país que dice ser democrático".
Por ello, los abogados del Sindicato de Estudiantes recurrirán la decisión de la Delegación del Gobierno. Además, según apuntaron, algunas juntas directivas están arrancando carteles en varios institutos, "anulando los derechos democráticos que el movimiento estudiantil ha arrancado con su lucha en épocas anteriores".
A pesar de la decisión adoptada por la Delegación del Gobierno, el sindicato señaló que la huelga convocada ha sido votada ya en la mayoría de institutos de la ciudad y por tanto exigen que se rectifique y se garantice que la concentración puede celebrarse con absoluta tranquilidad. Así, explicaron que la cita se mantiene a la misma hora, las 12.00 horas, y en el mismo lugar, frente al Ayuntamiento de Alcorcón.
Finalmente, el Sindicato de Estudiantes volvió a hacer un llamamiento al Gobierno municipal para que "se ponga a la cabeza de una movilización pacífica, con los sindicatos y con las organizaciones juveniles y asociaciones de vecinos", una "movilización masiva de izquierdas" que deje claro que Alcorcón "no es una ciudad racista, que la solución a los problemas que sufre la ciudad pasa por un aumento de la inversión social, en la educación pública, en la sanidad, que defienda la integración de los inmigrantes y que en Alcorcón tienen cabida todos los trabajadores".
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