El precandidato presidencial empieza a descomponerse

El general Omar Torrijos Herrera se retiraba a las montañas de Coclesito a descansar y a planificar la conquista del Atlántico, como pensaba visionariamente después que las sabanas de la vertiente pacífica fueron ocupadas por los grandes terratenientes.  El poblado campesino le brindaba el solaz que sus faenas de dirigente le negaban.  En los cerros que enmarcan la población se estrelló el twinotter, en un accidente que ha sidom calificado de 'sospechoso'.
 
Las memorias del general Torrijos salen a relucir los aniversarios de su muerte, y con mayor virulencia en periodos de elecciones. No hay procesión buena sin santo, y la de 2009 promete ser una de las elecciones más reñidas de la historia patria, en vísperas de un despegue económico que los panameños ven como su salida del subdesarrollo.
 
En Coclesito el precandidato Navarro dio rienda suelta a sus sentimientos, sus inseguridades y sus miedos, enviándole a su contrincante política un mensaje claro:"quédate con las encuestas, que yo me quedo con los votos; quédate con la traición, que yo me quedo con la lealtad de Omar".  Es la primera vez que Juan Carlos Navarro pierde la serenidad; y tal vez sea el anuncio de un recrudecimiento de los epítetos fuertes y los tonos subidos de su campaña.
 
A unos 250 kilómetros de distancia Balbina Herrera, su rival, oraba en la Catedral Metropolitana por la memoria del general, recordando que el torrijismo no es un eslogan de campaña sino una manera de ser. Después visitó la tumba del 'arquitecto de la recuperación del Canal' simbolizada en un mausoleo a la entrada sur de la vía interoceánica.