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Ex líder paramilitar reconoció que mató más de tres mil personas

Exigen a las FARC revelar dónde sepultaron sus víctimas

Exigen a las FARC revelar dónde sepultaron sus víctimas

lunes 04 de agosto de 2008, 02:54h
En declaraciones a la privada radio Caracol, el vicepresidente, Francisco Santos, indicó que se debe conocer el sitio en donde están los cuerpos de Gerardo Angulo y Carmenza Castañeda de Angulo, para cerrar el círculo de dolor que aflige a la familia de los muertos.

Igualmente, el vicepresidente insistió para que los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que tengan secuestrados en su poder se desmovilicen y entreguen a sus víctimas para hacerse beneficiarios de la ley.

Héctor Angulo, uno de los hijos de la pareja, dijo que sus padres fueron asesinados por no poder caminar, según una orden impartida por su secuestrador, Henry Castellanos Garzón, alias "Romaña". Los Angulo fueron secuestrados por un comando del frente 53 de las FARC, que dirige "Romaña"

Por su parte, el ex jefe paramilitar colombiano Hebert Veloza, alias “HH”, admitió que él y sus hombres cometieron más de 3.000 asesinatos en una decena de años en los que lucharon contra las guerrillas izquierdistas y sus simpatizantes.

"Fueron muchos (asesinatos), calculo que mis dos bloques asesinaron a 3.000 personas o más. Muchos se tiraron al (río) Cauca. Cantidades", respondió al ser consultado sobre cuántas personas había matado.

HH”, antes uno de los más temidos jefes de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)   reconoció que "murieron más inocentes que culpables, pero así es la guerra", dijo al diario El Espectador de Bogotá.

"Matamos a mucha gente sólo por el hecho de que los señalaran (como colaboradores o simpatizantes de las guerrillas izquierdistas)” reconoció Veloza.

Tras indicar que ingresó a las AUC en 1994, cuando contaba con 28 años, dijo que tras varios meses de entrenamiento en una hacienda del departamento de Córdoba (norte), realizó su primera operación a finales de ese año. "Fue ese año la primera vez que maté a alguien", narró.

El ex jefe paramilitar admitió que en su lucha contras las guerrillas izquierdistas contaron con el apoyo directo o indirecto de altos mandos militares y policiales, especialmente en la región bananera de Urabá (noroeste).

"Yo transité libremente en una (camioneta) Hilux blanca, que llamaban ‘camino al cielo’ y asesinábamos todos los días, en todos los municipios de Urabá", dijo.

El grueso de las AUC se desmovilizó tras una negociación con el gobierno del presidente Álvaro Uribe, que para ello les ofreció beneficios judiciales si confesaban todos los delitos cometidos y reparaban a las víctimas.
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