El representante legal de Copac,
Francisco Maroto, solicitó abrir una investigación judicial para "
averiguar los autores materiales de la filtración del borrador a los medios de comunicación y depurar las responsabilidades oportunas". Maroto explicó que han pedido al juez que llame a declarar a los responsables de Fomento y a todos los miembros de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac), ya que "
son las personas que han estado al pie de la investigación y han tenido acceso a la información".
La denuncia se basa en tres pilares que son el Convenio de Chicago sobre aviación civil internacional, la Directiva Europea sobre Investigación de Accidentes y el artículo 16 de la Ley 21/2003 de Seguridad Aérea, que obliga a los miembros de la investigación a preservar la difusión de los datos ante terceros y recoge las dos normativas internacionales anteriores.
El representante legal del Copac afirmó que el contenido del informe borrador preliminar filtrado el martes a los medios de comunicación contiene "
afirmaciones subjetivas", ya que "
a día de hoy cualquier conclusión es una conjetura sin fundamento".
Fomento se lava las manos
El Ministerio de Fomento asegura que
"no puede responsabilizarse" de las filtraciones ya que no es el único que tiene acceso a él. La comisión está obligada por ley a facilitar el borrador del informe a todas las partes implicadas.
Desde el pasado viernes 12 de septiembre el borrador del informe obra en poder de todas las partes implicadas, desde los fabricantes del avión (Boeing) y de los motores (Pratt & Whitney), hasta la propia aerolínea Spanair, pasando por AENA, la Agencia Europea de Seguridad Aérea y su equivalente estadounidense (la NTSB). Además, siete vocales designados por diferentes asociaciones profesionales del sector de aviación asisten a la investigación de la comisión y, por tanto, conocen el informe, agregaron las mismas fuentes.
El borrador definitivo podría cerrarse entre el sábado y el lunes tras incorporar las alegaciones presentadas por las partes. El contenidos del borrador hecho público el martes apuntaba a que la aeronave accidentada no llevaba desplegados los alerones que dan sustentación al aparato en la maniobra de despegue, una incidencia que no fue alertada por el sistema de avisos, y que Spanair no cumplió las recomendaciones de inspección elaboradas por Boeing para las aeronaves MD-82 tras el accidente de Chicago de 1987, donde murieron 154 personas, igual que en Barajas.