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El primer martes después del primer lunes de mayo

martes 16 de marzo de 2021, 20:00h
Quizás la Semana Rara Española traiga algo razonablemente bueno: Iglesias ya no será la componevirgos del independentismo porque una cosa es dar trigo desde una vicepresidencia y otra predicar desde la oposición en la Comunidad de Madrid.

Arrimadas, asesorada por MAR (es la única explicación plausible), se ha pegado un tiro en el pecho de Murcia, muy cerca del corazón, tan cerca que se le ha ido a tomar viento fresco el contubernio del gobierno de Madrid.

Tampoco es mala la consecuencia de perder de vista a Ignacio Aguado del que se podría decir aquello que predicaba Ortega de Madariaga: un tonto en cinco idiomas. Ahora solo queda esperar al primer martes después del primer lunes de Mayo para ver en qué para todo esto.

La jugada de Iglesias -sorprendente, sí, pero no maestra como se han apresurado a titular los tertulianos- es una huida hacia adelante y, al tiempo, la aplicación práctica de las ideas de Laclau sobre la polarización de la política para sacar adelante cualquier populismo. Ya no es rumor sino clamor que Sánchez adelantará las elecciones y que la desaparición progresiva de Podemos pone sobre el tablero la posibilidad de que ya no sean necesarios al PSOE para gobernar. También es claro que la caída de Podemos en Galicia y el País Vasco, junto con las encuestas, apuntaban a que Madrid iba a ser su Waterloo, y puede que aún lo sea: en la pérdida de apoyo popular de Podemos la parte de culpa de Iglesias es casi hegemónica y eso no se arregla con más chulería y prepotencia. Se equivoca Mónica García al decir que esto no es una serie de Netflix; sí que lo es: Esta mierda me supera es su título y parece que está teniendo un cierto éxito en la plataforma televisiva.

Todo apunta a que Ayuso repetirá en el cargo y, por lo que voy testando, se va a llevar un premio extra en forma de votos de C’s y de Vox. Además, los escaños crecientes de Vox seguirán estando ahí a su disposición. Por supuesto, Casado Blanco se apuntará en el haber la victoria, pero será solo un apunte falso porque en el imaginario del votante popular Casado es un cero a la izquierda y MAR, facedor de presidentes, lleva tiempo preparando a su pupila para darle en la jeta al mozalbete sin master.

Yo, como muchos, no creo que Ayuso sea el recambio, sino Feijoo. Incluso ella lo sabe y, en cualquier caso, sus planes de saltar a la política nacional se pospondrán al menos dos años (en 2023 volverá a haber elecciones), así que la presidenta goyesca podrá seguir a lo suyo luciendo en su despacho de la Real Casa de Correos la cabeza de Casado.

Pero lo mejor va a ser la calma educada y culturalmente elevada de la campaña que se avecina. Va a ser versallesca, sutil e ingeniosa: ya la alcaldesa de Barcelona, ese torrente de sabiduría, ha dicho que Ayuso es neofascista (sic). Y ésta, que no es manca, ya ha marcado la ruta a seguir: Comunismo o Libertad. Por supuesto, ella es la libertad.

¿Qué hará Más Madrid? Da igual, su único objetivo en este pandemonio es superar a Podemos y al mitinero más eficaz del reino que va a necesitar algo más que sus espectáculos.

Mientras tanto, la vacunación seguirá pendiente, la economía seguirá hecha unos zorros, la falta de medios de la sanidad seguirá existiendo y el paro llevará guadaña a partir de septiembre cuando acabe el maná del turismo y el estado se encuentre con unas arcas con la escasa recaudación de Renta2020. Pero de nada de esto hablarán los maestros del ruido ambiental, solo se preocuparán por tener munición en forma de insultos y faltadas para polarizar el voto cuanto les sea posible. Va a ser una campaña horrible.
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