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Presupuestos y mentiras

martes 14 de octubre de 2025, 19:49h

Según el artículo 134 de la Constitución, esa polilla de la conciencia política, el Gobierno deberá presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado al menos 3 meses antes de la expiración de los del año anterior, es decir, el 30 de septiembre.

Por supuesto, la constitución establece la prórroga de los anteriores caso de que el gobierno no consiguiera aprobar sus presupuestos del año. Y creer que no pasa nada por no presentar presupuestos es peligroso, pues nos empuja por el camino de la desobediencia constitucional. Lo que dice la Constitución es que el gobierno tiene que presentar los presupuestos y, si no consigue la aprobación de la Cámara, se prorrogan automáticamente los anteriores. Es decir, la presentación de los PGE no es opcional, sino obligatoria.

En esta legislatura no ha habido presupuestos ni un sólo año y los que se van prorrogando vienen de otro parlamento, otra legislatura, otra votación ciudadana en la que la coyuntura era distinta, pero como el tramposo siempre hace trampas, Pedro Sánchez se salta la normativa y tampoco hace caso de los presupuestos re-re prorrogados y ha decidido que el dinero se lo gastará en lo que le rote independientemente de las partidas presupuestarias y lo que diga el Parlamento.

La cosa es que, hasta que Pedro Sánchez y sus mañas llegaron a Moncloa, el Parlamento, particularmente el Congreso de Diputados solía sacarle al presidente la roja y le impedía manipular el presupuesto prorrogado, encorsetándolo y dejándolo con poca maniobrabilidad y, de alguna manera, empujando a que haya nuevos PGE.

Pero los tiempos han cambiado y ahora este gran demócrata de sonrisa VitalDent ha dicho sin temblarle la voz que va a llegar al 2027 con o sin presupuestos y con o sin Parlamento. Eso, aquí y en Constantinopla, es un comportamiento antidemocrático, autoritarista y dirty play, por contraposición al fair play.

Un Gobierno que a mitad de legislatura no ha conseguido aprobar ni un solo presupuesto y que ni siquiera es capaz de hacer una propuesta al Parlamento que lo controla, es un gobierno fallido o es un gobierno autócrata.

¿Y por qué no presenta unos presupuestos?

La única explicación es porque no se los van a aprobar y eso supondría que quedaría bien a las claras lo que todos sabemos: el gobierno es débil y la multicoalición (sólo Sumar son 20 partidos) se tambalea.

Ante la tesitura, pues, de perder una votación tan importante y verse presionado por una moción de censura o forzado a presentar una cuestión de confianza, prefiere jugar sucio: gobernaré sin PGE y sin Parlamento.

Y entonces aparece en escena Tezanos con una encuesta en la que pone que el PSOE, de celebrarse hoy las elecciones, ganaría con una ventaja de 12 puntos sobre el PP.

Y la pregunta se hace evidente: si lo tiene todo en contra, presidente, menos los sondeos, ¿por qué no convoca elecciones? Sáquese de la manga un nuevo Parlamento que le sería propicio y más manejable que este. O tal vez es que a Tezanos no se lo cree ni el que lo nombró.

La mentira, la trampa, el deshonor y el cinismo no pueden ser las herramientas de ningún gobernante y, si miramos a nuestro alrededor, no son muchos los que así se comportan. Donald Trump, Nicolás Maduro, Miguel Díaz Canel, Daniel Ortega y esposa, varias repúblicas acabadas en Istán y, por supuesto, Pedro Sánchez.

Lo dijo Felipe González hace décadas: hay tiranos con botas y hay tiranos con votos. Los de este siglo van de demócratas, obtienen los votos, pero los malversan tan pronto ganan y se olvidan de su programa electoral, de sus principios personales y de los valores constitucionales; únicamente les interesa mantener el poder.

Nuestro país es complejo y tenemos mucho de lo que sentirnos orgullosos. Son más las cosas que nos unen que las que nos separan, por más que todos los zánganos de la política estén socavando nuestros lazos y agrandando las diferencias entre nosotros.

Oír a Feijoo comparar a Bildu con Vox, oír a alguien tan rastrero como Óscar López decir que en la sanidad madrileña hay un millón de pacientes en las listas de espera, a Almeida que hay un síndrome postaborto o ver al hooligan Óscar Puente publicar una foto del metro de París atestado por una huelga diciendo que es Madrid, es desolador, tanto como que estas sandeces copen las noticias.

Por cierto, me sumo a la ola de ciudadanos sensatos que han dejado de ver los telediarios. Afortunadamente, hay agencias de noticias (menos EFE), hay gente seria como la BBC y hay Euronews.

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