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Navarrerías

Navarrerías

lunes 06 de agosto de 2007, 16:43h

No parece ni serio, ni sensato, ni siquiera coherente el desarrollo del sainete que tiene al Partido Socialista de Navarra-PSOE como protagonista habría que decir involuntario. El diktat de Ferraz, anunciado por José Blanco, secretario de Organización, con unos aires a caballo entre el déspota feudal y el Inquisidor General, y sin explicar las causas reales de tan peregrina decisión, remite a la militancia navarra al estadio discente propio de los catecúmenos. No sólo lo reduce a una cuestión de fe (aquí el columnista se remite a la definición de tal virtud en el catecismo del Padre Astete: “Fe es creer en lo que no vemos”) sino a la de tener unas inmensas tragaderas, tan grandes, cuando menos, como las del vecino embalse de Yesa.

Papelón para el ya no candidato Fernando Puras y para el secretario general del PSN-PSOE, Carlos Chivite. Eso por no hablar del cabreo interno y, también, del de muchos socialistas de toda España.

La contramarca del Partido Popular en la Comunidad Foral sale reforzada. UPN se alza con el santo y la limosna. Miguel Sanz, el presidente foral en funciones, cuando menos, se merecía el correctivo de no repetir mandato gracias a la abstención socialista. No es de recibo que quien convocara, desde su cargo oficial, una manifestación contra el Gobierno de Rodríguez Zapatero, con el falaz argumento de que éste Gobierno, el socialista, había decidido vender Navarra a ETA, se vea ahora apoyado por la dirección del PSOE.

Ciertamente, se trata de un apoyo pasivo e, incluso, se quiere vender como una jugada electoral, de cara a las generales de marzo de 2008. Y Ferraz lo presenta como una estrategia, mientras los incondicionales gallegos de José Blanco, poniendo cara de grelo maquiavélico, susurran al oído del columnista, que dentro de ocho meses, quizá de nueve, puede haber un cambio –entiéndase moción de censura— en Pamplona. ¡Pues vaya estrategia de mesa camilla!.

Esaú le vendió a su hermano Jacob su primogenitura por un plato de lentejas. Lo leemos en el correspondiente libro del Antiguo Testamento. Y el columnista, junto con muchos navarros, piensa que ZP y Blanco ni siquiera lo han hecho por unas pochas o unos caparrones con berza.

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