"He decidido seguir, con más fuerza si cabe al frente de la presidencia del Gobierno". Eran las palabras que pronunció Pedro Sánchez justo hace una semana, la mañana del lunes 29 de abril, tras una gran expectación de 5 días.
Fueron las jornadas en las que el presidente del Ejecutivo se tomó una pausa en su actividad para reflexionar sobre si continuar o no en el cargo presidencial, después de los ataques a su esposa, Begoña Gòmez.
Entonces, Sánchez no sólo anunció que seguía, sino que también añadió que supondría un punto y aparte: "Esta decisión no supone un punto y seguido. Es un punto y aparte".
Sin embargo, pasada una semana, Sánchez parece haber dado la razón a los descreídos y críticos, que aseguraron que nada cambiaría.
La izquierda crítica
Sus socios de izquierda, sobre todo desde Podemos, lo tenían claro. Tanto Ione Belarra como Irene Montero y Pablo Iglesias, del entorno del partido morado, criticaron que el anuncio de Sánchez de seguir no estuviera acompañado de medidas concretas para hacer frente al 'lawfare' y los bulos de la ultraderecha.
Su socia de gobierno de coalición, Yolanda Díaz, líder de Sumar y ministra de Trabajo, también la había lanzado el dardo pues, a su juicio, este "punto y aparte" que marcaba el presidente, necesitaba "ser dotado de contenidos". "No se puede quedar en una cuestión retórica, estamos en un punto y aparte. Hay que hacerse cargo de la situación, necesitamos un Gobierno a la altura de nuestra democracia", le reclamó.
Por su parte, desde los socios de investidura, se repetían estas reclamaciones a Sánchez. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, le reclamó medidas: "Mal ejemplo si se iba porque no era una dimisión, era una rendición. Y mal ejemplo aún todavía si se queda sin hacer nada porque habrá sido un acto de frivolidad y no algo de verdad".
Pues es básicamente lo que decimos muchos después de la decisión de Pedro Sánchez. Aquí Pablo Iglesias acierta de pleno. Para qué si no vas a hacer nada?pic.twitter.com/VE4QgzOtZv
El ex vicepresidente del Gobierno y ex líder de Podemos, Pablo Iglesias, fue el más duro contra su ex socio: tachó su anuncio de continuidad de "ampliamente decepcionante" y que había hecho el "ridículo". "Si Sánchez ha tomado conciencia, debería haber anunciado algo", insistió.
Además, el propio presidente fue titubeante a la hora de anunciar qué medidas tomaría para ese "punto y aparte" contra la campaña de bulos y ataques a su entorno familiar. En entrevistas a TVE y la 'SER', preguntado por ello, fue incapaz de concretar idea alguna.
Prometió estudiar posibles formas de renovar el Poder Judicial a través del Congreso y cómo "combatir" los "bulos", la "desinformación" y la "maquinaria del fango". No habló de leyes ni reformas penales, sino de una "regeneración de la democracia".
Aunque sí confesó que estudiará con sus socios maneras de combatir estos bulos, siempre respetando la "legalidad" y la Constitución, con medidas "transversales" y "con gentes" de todas las ideologías y partidos.
Pero pese a que sus aliados le piden mano dura contra la guerra judicial y mediática, Sánchez, quien habló en su comparecencia de "un punto y aparte", sólo prometió por ahora combatir las malas formas en política: "Esto es un punto y aparte. Significa dejar el insulto, significaría también desde el punto de vista de los medios de comunicación y de la sociedad el rechazo a la desinformación y a los bulos que están inundando, por desgracia, el debate público en nuestro país y están minando la convivencia".
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