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Entrevista a Diego Hidalgo

Entrevista a Diego Hidalgo

martes 20 de noviembre de 2007, 13:32h
DIARIOCRITICO (DC): ¿Los gobiernos les hacen caso?

DIEGO HIDALGO (DH): Una de nuestras preocupaciones ha sido precisamente ésta: la utilidad de estos eventos. Fride es un ‘think tank' , un grupo de pensamiento, con vocación de crear ‘action thanks' , grupos de acción. Tuvimos una conferencia para la Transición y Consolidación Democráticas en 2001. En ella reunimos a un centenar de máximos expertos a nivel mundial, procedentes de diferentes áreas (académicas, políticas, económicas, etc…), que habían tenido experiencia en transición a la democracia o su consolidación, y a los cuales pedimos que hicieran unas recomendaciones muy prácticas; que no se perdieran en argumentos académicos.
Les pedimos que contestaran básicamente a estas dos preguntas: la primera, ¿son llevables a la práctica las recomendaciones que se hacen en estos encuentros y foros internacionales?; la segunda, ¿qué ganan los jefes de Estado y de Gobierno que nos están escuchando con poner dichas recomendaciones en práctica? Y es que perderse en teorías, por muy interesantes que sean, dejar ‘un legado para la historia', no es suficiente.
En marzo de 2005 hicimos lo mismo. Dos centenares de expertos llevaban seis meses trabajando en la Cumbre de Madrid. Les dijimos que dieran recomendaciones muy prácticas. Es la primera vez que se hace una aproximación global a todos los temas que conciernen al terrorismo. Es algo que por fin se hace, porque nunca se había hecho, ni siquiera desde el atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
En este sentido, creo que la Agenda de Madrid, a la que dio lugar esta Cumbre, es muy práctica. Tiene cuatro temas principales: el diálogo global sobre el terrorismo, los aspectos polémicos y calendario de uno o dos años para estudiarlos, la constatación de diferencias –los métodos militares de Estados Unidos, frente a la vía legal que prefiere Europa– y la discusión empírica sobre el terrorismo.

DC: El Club de Madrid se creó en octubre de 2001 y jurídicamente en mayo de 2002. Comenzó a gestarse después del 11-S…

DH: Sí. De hecho, Fride estaba organizando entonces esa conferencia sobre Transición y Consolidación de la Democracia, prevista para los días 18 a 25 de octubre. Vino el 11-S y tuvimos una reunión y uno de los miembros propuso suspender esta reunión, por motivos de seguridad.
“La democracia es un objetivo del siglo XX” , me dijeron entonces, “pero no del siglo XXI, donde habrá una alianza de democracias para luchar contra el terrorismo” . Yo me negué a suspender la reunión, por varios motivos. En primer lugar, porque los terroristas no pueden descarrilar el modelo de sociedad que hemos elegido para generaciones futuras. En segundo lugar, si las democracias fueran un paradigma universal y todos los países fueran democráticos, los terroristas lo tendrían muy mal para operar. Y en tercer lugar, porque como resultado del atentado iba a haber un movimiento pendular, de retroceso en países no muy democráticos que se iban a frotar las manos para cerrar periódicos críticos, restar derechos ciudadanos, eliminar a la oposición, etc… Una recesión democrática, en suma. Esta voluntad de seguir adelante con la conferencia tuvo su premio, porque por ejemplo el presidente brasileño Cardoso , actual presidente del Club de Madrid, que había dicho que no podría asistir, me llamó y me dijo que en aquellos momentos nada era más importante que aquel encuentro, y comprometió su asistencia, al igual que el ex presidente Clinton , etc… Hubo 35 jefes y ex jefes de Estado, algo impensable al principio. Y todo salió a plena satisfacción.

DC: ¿Estamos en la III Guerra Mundial?

DH: No. Esto no es una guerra; es un fenómeno que hay que combatir. El terrorismo es una amenaza terrible. La humanidad no ha respondido a los desastres hasta que no se han producido. Hay que enfrentarse con este fenómeno evitando las connotaciones militares. Hay que tener mucho cuidado con la manera en la que nos enfrentamos a él. Casi es tan peligroso emprender un camino equivocado como el propio terrorismo, porque podemos entrar en un círculo vicioso, una espiral de violencia. No estamos en guerra, pero sí en ‘estado de alerta'. Y hay que unir mentes para enfrentarnos a él y al uso que pueda hacer él de las nuevas tecnologías, de las armas de destrucción masiva, etc… que pueden producir verdaderas catástrofes.
DC: ¿La política de ‘guerra preventiva' no fue acertada?
DH: No. Nosotros tenemos como lema “Democracia para un mundo más seguro”. Estamos convencidos de que la democracia es la mejor manera de combatir al terrorismo, aunque haya quien piense que en ocasiones hay que elegir entre la libertad y la seguridad, sin la posibilidad de tener simultáneamente ambas cosas. Nosotros no pensamos que hay esta contraposición. Se puede luchar contra el terrorismo sin violar los derechos humanos. Para ello, es importante el papel de los organismos internacionales. Además, el Estado no tiene el monopolio de la lucha antiterrorista. También tienen un papel fundamental la sociedad civil, los medios de comunicación, las empresas de Internet, etc…

DC: El debate entre libertad de información y expresión en materia de terrorismo es viejo. Hay quien opina que es mejor no hacer publicidad de los atentados. Pero sobre el 11-M se publicaron imágenes estremecedoras sólo por obtener más de audiencia, o lectores, que la competencia. ¿Cuál es su punto de vista?

DH: Más que fijar una deontología para evitar el morbo, lo que falta es dar ‘más cancha' a los líderes moderados, sobre todo ante las multitudes radicalizadas. Hacen falta medidas que faciliten la autocensura de los periodistas. España tiene una obsesión por ‘lo políticamente correcto' y ser falsamente democráticos. A veces, hay situaciones en las que por ser ‘políticamente correctos' con los terroristas y quienes les apoyan no estamos suficientemente con las víctimas de sus atentados.
Con el terrorismo se dice que España ha sido extraordinariamente democrática. El mundo se asombró de la respuesta ciudadana ante el 11-M, que fue la participación en las elecciones generales del 14-M. Hay una consolidación democrática admirable en nuestro país. En general, nuestra democracia está más consolidada que en otros países, incluso ha habido menos ‘islamofobia' que en otros lugares. España es un caso extraordinario, a pesar de que no sea perfecto.
 
DC: ¿Fue la Cumbre de Madrid de marzo de 2005 un homenaje a las víctimas del 11-M?

DH: En casi toda la prensa nacional se explicaron los fundamentos de la Cumbre. Sí que tuvo un aspecto de homenaje a las víctimas del 11-M. Pero el mejor homenaje siempre es conseguir que no haya más víctimas. Hay que buscar soluciones. Esto es algo que no se ha hecho hasta ahora. La Cumbre se hizo como recuerdo a las víctimas y para trabajar para que no haya más. Lamentablemente, se ha hablado más de la Cumbre en Estados Unidos que en España.
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