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Presentación del libro “Crónica del antifranquismo”

Carrillo: “Va a ayudar a hacer la historia de la resistencia española”

martes 30 de octubre de 2007, 18:09h
“Libros como éste ayudan a comprender por qué fue posible la transición democrática”. Lo ha dicho Santiago Carrillo en la presentación del libro “Crónicas del antifranquismo”, de Jáuregui y Vega.

Buena entrada de público, pero sala pequeña. La “Crónica del antifraquismo”, un monumental volumen de 1.200 páginas obra de los periodistas Fernando Jáuregui y Pedro Vega, sobresalía en la mesa de los presentadores. Santiago Carrillo, ex secretario general del PCE, Enrique Múgica, defensor del Pueblo, y José Andrés Torres Mora, ponente socialista en la ley de memoria histórica, miraban al público antes de expresar por qué su apoyo a este libro que ahora reedita Planeta. La clave la ofreció Carrillo: “Libros como éste ayudan a comprender por qué fue posible la transición democrática en nuestro país”.

El primer volumen de “Crónica del antifranquismo” salió al mercado hace casi 25 años, concretamente, en 1983, y luego le siguieron otros dos volúmenes en 1984 y 1985. Ahora, recogidos en un solo tomo, la obra queda como una referencia de lo que fue la memoria de la lucha contra una dictadura, más que oprobiosa, criminal. Uno de los autores, Pedro Vega, fue el encargado de resaltar en este acto las cifras del vandalismo de Franco sobre el enorme ‘gulag’ en el que el franquismo convirtió a España: 200.000 muertos en sólo 4 años (de 1939 a 1943, los peores años del carnicero); 600.000 personas en las cárceles y campos de concentración, ¿un millón? de españoles en el exilio…

En realidad, la fecha de presentación de Crónica del antifranquismo en la mañana de este martes, 30 de octubre, ha tenido algo de casualidad, pero también de providencialidad: el miércoles el Pleno del Congreso aprobará lo que se ha dado en llamar ‘memoria histórica’, una ley que ha dividido como pocas a la sociedad española. Y, claro, había expectación por lo que pudiera decir de una obra que recoge la lucha contra el franquismo políticos como Torres Mora, ponente de la ley socialista, y que actuaba como presentador de este libro.

Torres Mora confesaba primero en privado y luego en público que, claro, él tenía 15 años cuando murió Franco. Poco podía conocer del franquismo y mucho menos del antifranquismo aquella generación que nació a finales de los 50 o principios de los 60 en la España que iba a iniciar su camino al desarrollismo.

Toda una revelación, pues, para esas generaciones, y aún más para las posteriores, lo que significa la obra de Jáuregui y Vega, como puso de manifiesto otro de los presentadores: el ex secretario general del PCE, Santiago Carrillo. Para Carrillo, “este libro hacía falta” porque “es un instrumento necesario para conocer la historia moderna de nuestro país”. Primer mérito –del libro y de sus autores-. Segundo mérito para Carrillo: hacer públicos los nombres de personas desconocidas que arriesgaron su vida y en muchos casos la dieron en la resistencia antifranquista.

Es verdad que Carrillo respiró por la herida en algún momento de la presentación: la herida de no estar totalmente de acuerdo –claro- con algunas de las cosas que Vega y Jáuregui han contado sobre él en este libro. Pero, ¿quién puede quitar mérito a la obra? “Lo presento [el libro] con la convicción de que va a ayudar a hacer la historia de la resistencia española”. “Los autores”, en definitiva, “tienen mi simpatía y toda mi comprensión”.

Fue Enrique Múgica, antiguo comunista y luego socialdemócrata –como él mismo se definió en este acto- quien recordó, acaso, a algunos de los nombres que han pasado al más absoluto de los silencios: hijos, en muchos casos, de los prebostes franquistas que atenazaron a toda una sociedad. Múgica abundó en la famosa huelga universitaria de 1956 y el non nato –por represión franquista, naturalmente- del Congreso de Escritores Jóvenes. Aquello fue, efectivamente, un revulsivo incluso dentro del régimen; un punto de arranque –excelentemente narrado en “Crónica del antifranquismo”- para la ruptura de sectores del propio régimen.

Y fue también Enrique Múgica quien, al respecto, puso nombres y apellidos a los hijos de los vencedores que, por primera vez, se ponían del lado del oprimido: los Pradera, los Sánchez-Mazas, los Ruiz Gallardón –padre, naturalmente-… junto a los que vieron la ‘luz’ como Ruiz-Giménez y, sobre todo, esa figura evocadora que finalmente resultó ser Dionisio Ridruejo, para quien tanto Múgica como Carrillo tuvieron palabras de elogio, orgullo y cariño.

Pero en el libro hay más, muchos más nombres: son los Centeno, los Sócrates, los Villegas, los López Real, los Antonio López, los Julián Lara, los Antonio Amaz… los desposeídos hasta de la memoria; los olvidados hasta por su propio partido, el Partido Socialista. Y todos, todos, están en el libro de Jáuregui y Vega que Carrillo, Múgica y Torres Mora han presentado este martes ante un centenar de miradas de periodistas, políticos y jueces.

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