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Un paseo por el lago navegable más alto del mundo: el TITIKAKA

Un paseo por el lago navegable más alto del mundo: el TITIKAKA

martes 01 de julio de 2008, 14:39h
La leyenda del inca Garcilaso de la Vega, cuenta que el Padre Sol, mandó del cielo a la tierra a un hijo (Manco Capac) y a una hija (Mama Ocllo) para civilizar a los pobladores. Manco Capac y Mama Ocllo, surgieron de las espumas del lago Titikaka con un bastón de oro que, según el Padre Sol, serviría para encontrar el lugar ideal para la fundación del Imperio. Este Imperio se levantaría en el lugar dónde al clavar el bastón de oro, se hundiese hasta desaparecer.
Ese lugar fue el cerro Huanacauri, en Cuzco y fue allí dónde surgió una de los imperios más místicos de la historia. El Imperio Inca.

    Así fue como surgió el Imperio Inca de las profundidades del lago Titikaka, y… ¿por qué desde allí? Exactamente no se por qué el Padre Sol, eligió este lugar para poner a sus hijos, pero yo creo tener la hipótesis más probable:

“El Padre Sol quería fundar un Imperio que lo adorase en la Tierra y decidió mandar a los dos hijos que mejor buceaban, ya que éstos, surgirían de un lago para crear el Imperio. Todo el mundo sabe que el Sol está en el cielo, y todo el mundo sabe también que los lagos están en la tierra. Por esto, el Padre Sol, después de consultar en las diferentes compañías de low –cost, hizo sus cálculos y el presupuesto que mejor se adaptaba a sus posibilidades era el de mandar a los hijos al lago Titikaka, puesto que es el lago navegable más alto del mundo y, por consiguiente, el más cercano al cielo”.

Continuaré buscando otras posibles hipótesis, pero creo que esta es la que más se acerca a la realidad.

Cuando leí esta leyenda de Garcilaso de la Vega, me dieron unas ganas impresionantes de conocer este lago y por esto, agarré las cosas imprescindibles y como buen mochilero, me subí en el autobús más barato rumbo a Puno.

    Durante el viaje, pasamos por lugares en los que únicamente vivían pastores de llamas y alpacas y en una de estas aldeas, se subió un pastor con una alpaca de 8 horas de vida.

    Como no quedaban sitios libres para ir sentado, le pedí al pastor si quería que le aguantase la alpaquita y sin dudarlo me la puso entre mis piernas… y así durante dos horas hice de papá alpaca.

    En llegar a Puno, lo primero que tienes que hacer es tomarte un mate de coca para que se te quite el soroche (mal de altura). Después del té, contraté un tour “de mochilero” para pasar 2 días en el lago TITIKAKA y la verdad es que fue una de las experiencias más bonitas de mi vida.

    Como el lago está entre Bolivia y Perú, los peruanos dicen que la parte del TITI pertenece a Perú y la KAKA para los bolivianos…

    Llegamos al puerto de Puno y allí nos embarcamos en una lanchita que nos llevó a la primera de las islas a visitar: la Isla Flotante de los Uros.
Esta comunidad indígena se desplazó al centro del lago TITIKAKA huyendo de la represión de los conquistadores españoles.

    Al principio vivían en barquitos fabricados de una planta que crece en el lago, llamada totora, pero conforme fueron pasando los años, con esta misma planta construyeron varias islas con una técnica muy ingeniosa: enredaban las raíces de la totora y después le iban añadiendo más totora encima de estas raíces para fabricar la base. Como estas islas se desplazaban de un lugar a otro, decidieron anclarlas en la profundidad del lago y crearon la comunidad indígena de los Uros, conservando en la actualidad las tradiciones ancestrales de sus antepasados (ropas, danzas, artesanías).

Los largo brazos de la globalización

Después de que los Uros nos despidiesen con la conocidísima canción “Vamos ala playa calienta el sol… chiviriviri. pom pom pom pom, chiviriviri pom pom pom pommm…" (fíjense hasta donde llega la globalización), nos dirigimos a la isla de Amantani, situada en el centro del lago.

    En esta isla tuve la suerte de poder pasar la noche en casa de una familia que hospitalariamente me acogieron y me contaron, en una mezcla de quechua y castellano, sus tradiciones y su cultura.

    En la noche nos organizaron una fiesta en la que pudimos bailar las danzas folklóricas de esta comunidad y pudimos degustar sus riquísimas recetas compuestas en su mayoría por quinua, papas y pescados.
Al día siguiente nos despedimos de nuestras familias de acogida y nos dirigimos a la última de las islas a visitar: Tequila

    En esta isla, los hombres visten con el traje típico de los catalanes, ya que hace muchos años llegó un catalán a esta isla y dejó gran cantidad de tradiciones y vestimentas de Cataluña.

    Existe tal grandeza cultural y social en estas islas, que se necesitaría por lo menos un par de meses para poder conocer y disfrutar de la inmensidad de sus paisajes, sus gentes y sus tradiciones. Un consejo: Visita el Titikaka y  empezarás a ver los charcos de una  manera diferente…

Crónica publicada el 1 de julio 2008
Antonio Alejandro Guerrero Espigares
Edad: 27 años

Facultad, Estudios y Universidades de destino y origen: Facultad de Educación, licenciado en Pedagogía. Universidad de Granada
Destino: Pontificia Universidad Católica el Perú. Lima
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