En la madrugada del lunes al martes volvió a repetirse el espectáculo: el vuelo 0975 de Air Comet a Lima, que debería haber salido poco antes de la medianoche, continuaba sin haber emprendido su rumbo pasadas las nueve de esta mañana, después de que, a la una, los viajeros hubiesen sido desalojados del avión, debido a unos imprecisos”problemas en el ordenador a bordo”. No hubo más explicaciones y si continuos aplazamientos, hasta que, cerca de las cinco de la mañana, un trabajador de la compañía, que se negó a identificarse y que trataba de tapar su placa -su nombre, en realidad, era
Fernando Fernández-, informó a los doscientos sesenta y ocho pasajeros que los problemas técnicos subsistían, y que podían dirigirse a un hotel cercano para,
“a las diez”, tomar el vuelo a Lima. Hasta el momento -ocho de la mañana del martes-, el avión, que debería haber llegado de Buenos Aires para sustituir al ‘averiado’, no ha despegado rumbo a la capital peruana y los pasajeros siguen aguardando.
El caso podría haber sido un episodio de mala suerte si no fuese porque se repite con alarmante frecuencia: de hecho, varios de los pasajeros que iban a volar a medianoche del lunes deberían haberlo hecho el pasado sábado. Pero el ‘overbooking’ no declarado que usualmente practica Air Comet ha ido retrasando su viaje. En la madrugada de hoy se vieron escenas patéticas, con niños tirados en las incómodas sillas de la sala de espera y mujeres al borde de las lágrimas. Hubo, incluso, algún conato de enfrentamiento con la Guarda Civil allí presente para evitar que los pasajeros tomasen fotografías o se produjesen escenas de nerviosismo. Un pasajero que forcejeó con un miembro de la Benemérita fue detenido y denunciado, aunque posteriormente le aseguraron que la denuncia iba a ser retirada.
Una azafata admitió que el funcionamiento de esta compañía es
“muy malo” y otro trabajador reconoció ante algún airado pasajero que
“deberían retirar la licencia para volar” a Air Comet,
“como se la retiraron a Air Madrid”. Sin embargo, en el Ministerio de Fomento prestan oídos sordos a las reclamaciones contra unas compañías que incumplen constantemente sus obligaciones para con sus clientes: no consta que se haya producido investigación oficial alguna acerca de la ‘sucesora’ de Air Madrid ni de ninguna otra compañía ‘barata’ que se caracteriza por el mal servicio a los ciudadanos.