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La vida en el corazón de Europa

La vida en el corazón de Europa

lunes 01 de septiembre de 2008, 16:17h
Cuando uno oye hablar de Bruselas, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la de un bullicio constante de burócratas trajeados de la Unión Europea corriendo de aquí para allá …¿no es cierto? Pues no me daba cuenta de lo equivocada que estaba hasta que pisé esta ciudad, y poco tiempo tardé en darme cuenta de que, Bruselas (y el país de Bélgica en general) no sólo es la Unión Europea, el chocolate y la cerveza de alta graduación…
Bien cierto que hay miles de personas que trabajan en la Unión Europea en esta ciudad, pero, se les ve mucho más a menudo tomando cervezas en las “Brasseries” que hay debajo de los edificios oficiales de la UE, que saliendo de las puertas de la Comisión o del Parlamento Europeo. De lo que esta pequeña capital (donde sólo hay 1 millón de habitantes) puede presumir es de ser un ejemplo de integración total de nacionalidades, culturas y religiones; aquí hay decenas de barrios distintos, el africano, el judío, el turco, el italiano etc. etc.  que no son símbolos de separación o marginación, si no una forma de poder mantener una riqueza cultural propia o una identidad sin dejar de sentirse “Bruxellois”.

Bruselas debe de ser la excepción de las grandes capitales ya que aquí la gente no anda a cien por hora, no se pelea por entrar de primero en el metro, no comen un minúsculo sándwich al mediodía si no que se sientan a una mesa y se lo toman con calma, disfrutan de las miles de terrazas que salen a la luz a la mínima que se asome un rayo de sol, la gente es amable, educada y muy hospitalaria…y os aseguro que no me hubiera esperado nada de lo mencionado sabiendo que viviría 10 meses en una “capital europea”.

    Bien se merece esta cuidad el apelativo de “Corazón de Europa”, está rodeada de 4 otros países a los que se llega en menos de una hora en tren ya que Bélgica tiene el mismo tamaño que Galicia y gracias a su red ferroviaria y su sistema de transporte público, te la puedes recorrer de una punta a otra en poco más de una hora….¿que nos vamos a cenar a París?...una hora y media en tren y menos de 30 euros ida y vuelta….¿vamos a salir a Amsterdam o ir al Mercado de  Navidad en Alemania? más de lo mismo y por aun menos dinero.
 
Pero no hay que salir de este pequeño país para ver y vivir sitios impresionantes…me imagino que todos conocéis o habréis visto imágenes de las conocidas Brujas, Gante y Amberes, que si, son preciosas y tienen mucho ambiente, pero os aseguro que Bélgica no se reduce a cuatro ciudades…en 7 meses que llevo aquí he descubierto sitios que me han impresionado mucho más…ciudades del tamaño de Santiago que el turista normal nunca visitaría pero que tiene mucho más encanto que cualquiera de las mencionadas; campos vigilados por molinos enormes (SÍ, yo también pensaba que sólo había molinos en Holanda) y pueblos perdidos cuyos habitantes te invitan a pasar a ver sus casas por dentro e incluso a compartir mesa con ellos (pensaba que este tipo de cosas solo pasaban en las aldeas gallegas).

    Pero…como nada ni nadie es perfecto…os voy a tener que hablar de la situación política que es realmente caótica. Bélgica está dividida en tres regiones: la Flamenca (al norte), Bruselas (justo en el medio) y Valonia (al sur). Bélgica ha sido invadida y colonizada tantas veces y por tantos países distintos que ni los propios belgas saben a cuántos reinos ha pertenecido su país. Los Flamencos del norte se sienten mas cercanos a los Países Bajos (con los que comparten lengua, el “Neerlandais” ,hablado por el 60% de la población del país) y son la región mas rica, sin embargo los Valones son mas “Sur europeos” y francófonos y a su vez mas pobres y con una economía basada en la agricultura e industria. Bruselas se ve metida en el medio de ambas regiones y obligada a llevar una posición política digamos “neutral”. Los Flamencos del norte no se sienten identificados con sus vecinos del sur (si vas a Amberes, Brujas o Gante, os juro que hasta os mirarán mal si les habláis en francés!!) y a lo largo de los años han ido adoptando un sentimiento separatista. Conclusión: un país del tamaño de Galicia y con 10 millones de habitantes, dividido y con dos culturas y lenguas extremadamente distintas lo cual, da a entender el porqué de que hasta hace tan sólo una semana llevaban casi 10 meses sin un acuerdo gobierno.

'Morriña' del sol español

La segunda “desventaja” que tiene Bruselas es el tiempo…llueve, y mucho, pero os aseguro que no es excusa para quedarse en casa, ya que aquí siempre hay algo que hacer: de lunes a domingo hay tantos espectáculos, conciertos, funciones de teatro, acontecimientos cinematográficos etc. etc. que uno no es capaz de decidir a cuál de ellos acudir. Si hace buen tiempo, la ciudad muestra su lado más vibrante, los parques se llenan, se organizan espectáculos y conciertos al aire libre, la gente sale de sus casas para invadir las calles de la ciudad y disfrutar del sol.

    La comida es buena, abundante y sorprendentemente barata, a los belgas les gusta comer y beber bien, y de todo, sin embargo, si se quiere ir más allá de la cocina autóctona, hay un sinfín de restaurantes y tiendas especializadas en comida de casi todos los países del mundo (gracias a la mencionada mezcla de culturas). La vida nocturna es variada y original; en lo que se refiere a bares, Bruselas tiene para todos los gustos.

    Debo admitir que tengo mucha morriña, pero que, desde luego, uno se adapta con mucha facilidad a la cultura de este país que incluso se podría decir que “apadrina” a uno ya que te hace sentir como en casa. Vive la Belgique!


Crónica publicada el 1 de septiembre de 2008
Melissa Bouzas Vording
21 años

Licenciatura de A.D.E, Campus Norte, Universidade de Santiago de Compostela
Destino:
Haute École d'Études Commerciels, Bruxelles, Belgique
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