www.diariocritico.com

El presidente del Gobierno se encuentra de visita oficial por Oriente Próximo

Vea íntegra la entrevista de ZP en Al Jaazeera en la que habla de la 'misión humanitaria' de Afganistán

Vea íntegra la entrevista de ZP en Al Jaazeera en la que habla de la 'misión humanitaria' de Afganistán

> Zapatero 'el Pacificador' lanza un mensaje de paz en Siria | Los guardias civiles, contra su envío a Afganistán

miércoles 14 de octubre de 2009, 20:39h
El presidente del Gobierno, que se encuentra de viaje oficial en Siria, ha concedido una entrevista a la cadena de televisión Al Yazira en la que habla de las expectativas de paz en Oriente Medio, de la situación en Afganistán, de la política de inmigración en España y de la legislación sobre la justicia internacional en nuestro país.

P.- Presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero. Presidente, bienvenido.

Presidente.- Muchas gracias.

P.- ¿Cuáles son los objetivos de su gira que comenzará en Siria, Líbano e Israel?

Presidente.- Los objetivos son contribuir a este nuevo esfuerzo por la paz. Esa contribución tiene más valor, en tanto en cuanto España tiene la Presidencia Europea a partir del 1 de enero de 2010.

P.- Su primera parada es Siria. Se conocen las excelentes relaciones que tiene España con este país y también las firmes relaciones que tiene con Israel. ¿Les animará esto a contribuir al proceso de paz entre ambos países?

Presidente.- Somos un país que tiene históricamente una capacidad de relación con todo el mundo árabe y también con Israel. Eso nos hace sentirnos cómodos con todos los países y tener la capacidad de acercar posturas. En este caso, con Siria tenemos una gran relación, también tenemos una buena relación con Israel y eso nos va a permitir evaluar el estado de la situación de las relaciones bilaterales, pero también contribuir.

No obstante, la perspectiva de este viaje es una perspectiva fundamentalmente europea. Más allá de que España tenga esa buena relación, deseo que la contribución a este proceso o nueva edición del proceso de paz sea una contribución europea.

P.- Antes de ira al papel de España y su próxima Presidencia de la Unión Europea hay quien piensa que la presencia española en Oriente Medio se ha reducido relativamente.

Presidente.- La verdad es que nosotros hemos trabajado y actuado en muchos frentes en la zona. Otra cosa es que hayamos querido tener un protagonismo excesivo. Pero se sabe que, tanto en lo que afecta a Siria, como en lo que afecta a Jordania o a Palestina, España ha jugado un papel determinante, entre otras cosas, porque tiene a un Ministro de Asuntos Exteriores que es, quizá, quien mejor conoce la zona, dada la condición que tuvo en su día de ser el representante para Oriente Medio de la Unión Europea y el que mejor es conocido por todos los actores, por todos los líderes políticos. Yo creo que no hay en Oriente Medio quien tenga una agenda como el Ministro Moratinos.

Siempre estamos trabajando. Muchas veces la tarea en Oriente Medio es una tarea discreta y prudente, y, desde luego, se recurre a España muchas veces. España hace su trabajo y lo importante es que salgan los frutos. Ahora nos va a tocar, digamos, un papel más protagonista por la condición de Presidencia europea.


P.- Precisamente a través de la Presidencia española de la Unión Europea siempre apoya que la Unión Europea tenga un papel central en Oriente Medio. ¿Cuáles son sus propuestas para activar este papel?

Presidente.- Yo creo que hay que urgir la “hoja de ruta” del Cuarteto; hay que apoyar y reforzar la tarea para que se consolide la unidad palestina; hay que comprometer a Israel para que en la fase de arranque de la negociación podamos ver un período de calma en cuanto a los asentamientos; hay que dar las máximas garantías de seguridad a Israel y, en mi opinión, la Comunidad Internacional lo dije en Naciones Unidas hace pocas semanas-- debe plantearse un objetivo y es el reconocimiento del Estado Palestino. Los palestinos deben saber que la Comunidad Internacional va a dar ese paso y los palestinos tienen que sentir que ése es un derecho que se va a conquistar.

Por ello, tenemos que trabajar en esa dirección el Cuarteto, porque ésta es una tarea de toda la Comunidad Internacional; la seguridad en Israel, pero la conveniencia de que no dé nuevos pasos y, por supuesto, la unidad palestina. Ésos son los elementos fundamentales y, luego, todo el acompañamiento de la región: Egipto hace un papel importante, Jordania y Siria. Ésa es la tarea.

P.- Respecto a la unidad palestina, usted ha señalado la necesidad de conseguir esa unidad. ¿Acaso España tendrá un papel en la mediación entre las facciones palestinas?

Presidente.- Ésta es una tarea que, fundamentalmente, la realiza Egipto y la realiza el Presidente Mubarak. Nosotros apoyamos, pero el protagonismo, el liderazgo, lo tiene Egipto y entendemos que es un buen liderazgo.


P.- Usted planteó propuestas de soluciones al conflicto árabe-israelí. ¿Ese aislamiento de Hamás está incluido en estas propuestas?

Presidente .- La verdad es que ésa es una cuestión que tiene que dirimir, fundamentalmente, el Presidente de la Autoridad Palestina, porque es la referencia para la Comunidad Internacional.

P.- Pero el Presidente Abbas ya hace un año que acabó su mandato, mientras que el Gobierno de Hamás es legítimo según las normas democráticas.

Presidente.- Sí, pero ahora precisamente se está evaluando cuál es el próximo horizonte electoral y ahora parece que hay algunos que antes estaban muy entusiasmados con las elecciones que ahora tienen menos entusiasmo con las elecciones. Dejemos a la Autoridad Palestina que ha demostrado… Además, yo tengo una gran confianza en Abu Mazen, una gran confianza. Me parece que es un político y un dirigente sensato y sereno. Dejemos que se trabaje por la reconciliación, más allá de siglas y de coyunturas electorales.

El pueblo palestino es mucho más que unas siglas y mucho más que una coyuntura electoral. Si estamos hablando de un proceso de paz que quiere ser definitivo, y ojala pueda ser definitivo, no podemos quedarnos con las vicisitudes coyunturales de unas elecciones. Todos sabemos que hay diversas fuerzas palestinas, pero todas las fuerzas palestinas deberían de saber que, si se afronta un proceso de paz, debe haber sólo una voz y un objetivo palestino.

P.- En la última guerra contra Gaza la postura de su partido fue rechazar absolutamente las agresiones, lo que provocó preocupación en la Embajada y en el Gobierno de Israel. ¿Acaso podría esto afectar negativamente su papel como mediador?

Presidente.- Hay una convicción que tengo y es que los principios hay que mantenerlos y que, cuando una acción militar no se comparte, hay que decirlo, y se dice a los amigos. Siempre he expresado que la mejor manera de demostrar confianza ante un país es decir las cosas que se piensa. Ojala tengamos la posibilidad de que Israel sienta seguridad en su existencia como Estado, en sus fronteras y, sobre todo, en la seguridad de sus habitantes para poder hacerles ver que tienen que encarar el proceso de diálogo y el futuro de convivencia con Palestina de otra manera.

Pero, desde luego, España no renunciará nunca a mantener sus posiciones cuando tiene que hacer una crítica o cuando discrepa de una acción militar. Lo ha hecho y lo hará desde la confianza y desde el interés y la relación que tenemos con Israel y con su pueblo en que vivan en paz y en seguridad. Son cosas que hay que entender y que, por supuesto, nosotros mantendremos.

P.- Cambiemos de tema y hablemos de Afganistán. Se sabe que nunca ningún ejército pudo conseguir victoria política o militar allí. ¿Cuál será el próximo desarrollo desde su punto de vista?

Presidente.- Lo que deberíamos de tener presente en Afganistán son dos ideas básicas: la primera, si hubo una intervención militar en su día y una presencia de tropas de cuarenta países con el respaldo de Naciones Unidas, de prácticamente toda la Comunidad Internacional, fue para eliminar un régimen talibán radical que promovía la violencia y que promovía una visión absolutamente fomentadora del terror, de dominio y de humillación de la mujer. No queremos que vuelva el régimen talibán por Afganistán, por la región y por el mundo en general. Es una especie, es una forma, de entender la convivencia absolutamente indeseable.

Pero ninguno de los países que está con presencia militar se plantea lo de Afganistán como una conquista. No, esto es otra cosa. ¿Qué queremos los países que estamos ahí? Queremos que existan cuanto antes las condiciones para dejar en manos de los propios afganos su seguridad, su garantía de convivencia y su desarrollo económico, que bastante falta hace. Y ese debate está abierto a toda la Comunidad Internacional, a todos los países que estamos allí; repito, cuarenta países, haciendo sacrificios, y todavía estos días hemos perdido un soldado español que ha muerto víctima del impacto de una mina en su vehículo. Tenemos que tener un objetivo y un horizonte de salida de Afganistán. Hay que plantearse todo un camino de hitos a cumplir.

P.- ¿Cuándo considerarán que los objetivos se han cumplido?

Presidente.- Creo que eso debemos de establecerlo de una manera consensuada. Es decir, si yo dijera ahora una cifra me da igual decir cinco que seis, sería, en cierta medida, una cifra aleatoria, una cifra no fundada en un análisis bien ordenado. Y lo tiene que liderar la OTAN, porque es quien dirige la acción militar, sin duda alguna con un papel relevante de Estados Unidos. Pero deberíamos de tener un horizonte razonable, un primer horizonte razonable, en el que pudiéramos marcarnos ese objetivo, es decir, transferir la seguridad.

Sabemos que la presencia militar genera mucho debate y mucha polémica en países del mundo islámico, del mundo árabe, pero debemos de subrayar que esa presencia, además de militar, está siendo una presencia de cooperación y de desarrollo. La cooperación española está asfaltando cientos de kilómetros de carretera y está llevando salud y educación a un pueblo y a un país pobre, muy pobre, que ha sufrido mucho a lo largo de la historia, y sobre el que no podemos asumir que tenga una especie de maleficio según el cual siempre estará en algún conflicto y siempre tendrá un horizonte de pobreza.

P.- La OTAN exige ahora mismo aumentar los efectivos existentes en Afganistán sin definir esos objetivos.

Presidente.- Efectivamente. En el último año o año y medio ha habido un aumento de unos diez mil efectivos en Afganistán y existe un consenso político de evaluar el resultado de ese incremento. Por ejemplo, España ha decidido incrementar en 220 efectivos, lo que nos hará que tengamos allí permanentes unos mil soldados. Vamos a ver ese resultado, qué resultado da ese incremento que se ha hecho de diez mil efectivos.

Es verdad que vivimos unos últimos meses con una mayor violencia y mayor conflictividad, pero también es cierto que ha coincidido con el período electoral y debemos de tener un poco de perspectiva en ese sentido. Hasta ahora existe por parte de los Gobiernos que estamos allí una consideración de no abrir un nuevo periodo de incremento de tropas. Acabamos, insisto, de culminar un período de incremento de diez mil efectivos. Se escuchan, cómo no, por supuesto, lo que pueden ser los informes de los responsables militares, pero estamos ante una decisión, lógicamente, de los Gobiernos.

P.- Usted habló hace poco sobre la polémica suscitada en torno a la presencia de tropas extranjeras en Afganistán, pero ustedes también han aumentado sus tropas. ¿Es para recuperar las relaciones con Estados Unidos?

Presidente.- Sí, pero no me parece un análisis objetivo ni coherente por una razón: porque yo siempre respaldé la presencia en Afganistán. Cuando se decidió el envío de tropas por parte del Gobierno Aznar en el año 2001, yo voté a favor y siempre he estado a favor. Podría ser entendible la crítica si hubiera cambiado, pero no he cambiado. Siempre respaldé Afganistán, la presencia, el esfuerzo y el sacrificio que hay que hacer de efectivos españoles para garantizar un futuro distinto a aquel país, y siempre me opuse a Irak, porque son situaciones radicalmente distintas.

Es probable que sea criticable hasta la coherencia, y lo entiendo porque en política todo es criticable; pero he sido muy coherente en todo momento con mi posición en relación con Afganistán y con otros escenarios que no tienen mucho que ver.


P.- Presidente, hay quien le critica aquí, en España, con el pretexto de que no se ha aclarado la naturaleza de la misión de las tropas españolas en Afganistán. Dice usted que son misiones humanitarias, pero ¿también existen misiones militares?

Presidente.- Es verdad que una de las cosas peores en las que podemos incurrir cuando estamos en un debate público es quedarnos en un debate nominalista. Afganistán es, desde el punto de vista de Naciones Unidas, una misión de paz y seguridad, es así, después de una intervención militar autorizada por el Consejo de Seguridad para restablecer un orden en un país o para poner de nuevo toda una situación de más estabilidad y de más progreso económico.

En Afganistán nosotros hacemos, fundamentalmente, tres cosas: primera, seguridad, vigilancia y protección a las personas; dos, formación de las tropas, de las fuerzas de seguridad, afganas intentando que ellos en su día puedan funcionar por sí mismos; y, tres, cooperación al desarrollo: carreteras, hospitales, abastecimiento de agua, cooperación... Ésa es nuestra misión. Como estamos en una zona donde hay grupos que no aceptan ese orden, violentos, fanáticos y que ponen bombas, cuando somos agredidos repelemos, lógicamente, la agresión, porque para eso somos un ejército y son soldados. Pero ésa no es nuestra misión.

Nosotros hacemos esa tarea; por cierto, una tarea que está muy valorada por la población en donde desenvolvemos nuestro ámbito de competencias y una tarea que es dura y que es difícil, porque hay violencia y porque hay conflicto. Pero tiene bastante de humanitaria y también tiene de garantía de la seguridad. ¿Con alto riesgo? Sí, con alto riesgo.

P.- Esta dura crisis económica que sufren muchos países ha dejado múltiples víctimas, entre ellas los inmigrantes que dicen que aquí existen intentos para elaborar duras leyes contra la inmigración.

Presidente.- La inmigración es una fuente de riqueza para España. Ha habido en los últimos años casi cerca de cuatro millones de personas que han venido de Latinoamérica, del norte de África y del África Subsahariana a trabajar a nuestro país, y para nosotros ha sido una fuente de riqueza. Todos estamos de acuerdo en un principio y es que la inmigración como funciona bien es si es legal y ordenada, como todo. A nadie le gusta ser ilegal y a ningún país le gusta que haya ilegalidades. Es bastante de sentido común, bastante razonable.

Nuestro Gobierno, mi Gobierno, ha hecho un gran esfuerzo para que el mayor número de gente posible que trabaja en España esté en condiciones de legalidad. Hicimos una regularización en su día de setecientas mil personas, setecientas mil personas que estaban trabajando irregularmente, y las regularizamos, y hemos tenido una política de concertación con los principales países de origen de la inmigración, sea Marruecos, o países de África, o de Latinoamérica, para establecer los cupos que la economía española necesitaba.

Yo entiendo perfectamente que la desesperación y la pobreza lleven a ciudadanos a embarcarse para intentar cruzar el Atlántico en lo que conocemos como cayuco, un barco, porque es el afán de sobrevivir y es la angustia; pero todos tenemos que entender que ese no es el camino. Y, desde luego, nuestra legislación, a la que usted hacía una referencia, no se va a endurece, como se viene diciendo.

P.- Pero, señor Presidente, hay reacciones ex tremas como, por ejemplo, no ofrecer a algunos inmigrantes servicios sanitarios o de educación.

Presidente.- Aquí tiene garantizada toda la población la asistencia sanitaria. No sabría darle la cifra exacta, pero lo que hay hoy en nuestros centros educativos son cientos de miles de hijos de inmigrantes. Éste es uno de los países del mundo que tiene una garantía universal a la asistencia sanitaria, se venga de donde se venga y se tenga el color de piel que se tenga. Normalmente, es curioso, recibimos la crítica contraria como Gobierno; recibimos la crítica de ser un Gobierno con mucha apertura en lo que afecta a la inmigración.

Por tanto, todos los derechos y nosotros tenemos la satisfacción, habitualmente, de recibir de los Gobiernos de donde proviene la inmigración palabras de reconocimiento. Todos los derechos, todos los deberes y, ante todo, legalidad. Si no, es muy difícil que podamos tener una inmigración que sea positiva para todos.

P.- Respecto a la justicia, España ha sido pionera en la justicia internacional y ahora se aprobó una nueva ley que reduce las competencias de la justicia española.

Presidente.- Porque los efectos de una determinada legislación estaban produciendo situaciones difíciles de administrar y de gobernar, y parece prudente y sensato que eso se racionalizara. Es decir, cuando una legislación produce unos efectos… En el mundo y en las relaciones internacionales se venía comentando que la justicia española parecía que tenía o que estaba capacitada para intervenir en cualquiera de los supuestos de conflictos en todos y cada uno de los países. Esto produce un efecto difícil de explicar y creo que la modificación de la legislación va a racionalizar, a moderar y a hacer más lógica lo que puede ser la participación y la intervención de la justicia española en ese orden internacional.

P.- Muchas gracias.

Presidente.- Muchísimas gracias.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios