No puede decirse que la convocatoria de huelga haya tenido demasiada incidencia en el Congreso de los Diputados. De hecho, la repercusión ha sido mínima. De los 459 trabajadores que cuenta la Cámara baja, entre personal laboral y funcionarios, tan solo 25 personas han participado en la huelga, lo que representa el 5,44%, según datos oficiales.
Eso no ha impedido que se hayan hecho notar. De hecho, a algunos de los huelguistas se les impidió pasearse por las dependencias donde habitualmente trabajan por llevar distintivos de las centrales sindicales a las que están afiliados, dado que es algo que está totalmente prohibido en la Cámara.
También en los aledaños del Congreso se congregó un grupo reducido de militantes de CCOO con pancartas de protesta contra “los recortes salariales y sociales”. Los manifestantes entregaban a sus señorías panfletos sobre el 8-J invitándoles a la concentración programada por la tarde en Cibeles. Algunos diputados como
Josep Sánchez Llibre y
Carles Campuzano, de CiU, quisieron mostrar su apoyo a los sindicatos posando ante las cámaras con los folletos informativos de la huelga.
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