‘Avatar’, el triunfo del envoltorio

Este domingo se entregan los Oscar, la gran fiesta del cine, y todo parece indicar que James Cameron volverá a sentirse el ‘rey del mundo’ gracias a su nueva película, Avatar, con la que se ha batido a sí mismo y a su Titanic, convirtiéndola en la película más taquillera de todos los tiempos. La pregunta a estas horas es si también logrará sobrepasar su propio récord de estatuillas, nada menos que once, igualado con el Ben Hur de William Wyler. Para encontrar la respuesta habrá que esperar al domingo pero conociendo el gusto de los académicos norteamericanos podemos sospechar que Cameron tendrá su foto junto a un montón de estatuillas del tío Oscar... Pero, ¿se las merece?

Partiendo de la base de que los premios suelen ser casi siempre injustos, el hipotético Oscar a la Mejor Película para ‘Avatar’ entraría en el terreno de lo insultante. ¡Oh Dios mío, cómo puedo afirmar semejante barbaridad ante una película que abre nuevos caminos al cine! Pues sencillamente porque si los caminos que va a tomar el cine a partir de ahora son esos, me paso definitivamente a las magníficas series de la HBO (con Los Soprano y The Wire a la cabeza).

Me explico, Avatar es una película formidable en el aspecto artístico, que me deslumbró durante sus primeros minutos viendo cómo se había recreado el mundo de Pandora, pero según avanzaba caí en la cuenta que eso era todo. Cameron y su equipo habían gastado varios años, y millones de dólares, en crear un mundo fascinante a los ojos, pero en algún momento alguien se dio cuenta de que no había guión... No hay problema, debió pensar el creador de Terminator, cogemos partes de otras películas, un poquito de ecologismo (que eso gusta mucho) y hacemos un batiburrillo. Quién quiere un guión cuando les estamos dando el espectáculo definitivo en 3D, la gente estará tan asombrada con los Na´vy que no pensará en chorradas como una trama original o el desarrollo de personajes.

Por el resultado de taquilla y de premios parece que no se equivocaba tanto. Ya se anuncia la segunda parte, con historias tan planas como la primera puede hacer veinte. Cameron ha arrasado con una película que parece un videojuego más que cine. Habrá quién piense que ese es el futuro a seguir. Yo sigo sin verlo claro, aunque siempre puede ser que en el cine me dieran unas gafas estropeadas.