El presidente de la Comisión de Economía de la CEOE,
José Luis Feito, opinó que los líderes de CCOO y UGT,
Ignacio Fernández Toxo y
Cándido Méndez, han tenido una reacción "infantil, inmadura y absurda" al amenazar con convocar una huelga general en España.
"Es absurdo. Eso como el niño que le dice a su madre que para hacerle daño, no come. Son reacciones infantiles, inmaduras, que no están a la altura de los tiempos y de las circunstancias y que se producen por instituciones y personas que no son conscientes de la responsabilidad que desempeñan ni de la situación económica en la que viven", señaló Feito.
El representante empresarial explicó que lo que quiere la CEOE es que, si la reforma laboral se lleva a cabo por consenso, sea "una reforma de calado". De lo contrario, si se trata de una reforma 'light', no servirán de nada los ajustes aprobados por el Gobierno, según advirtió el representante empresarial en declaraciones a Onda Cero.
Méndez: Es un "sicario"
Por su parte, el secretario general de UGT,
Cándido Méndez, arremetió contra el presidente de la Comisión de Economía de la CEOE,
José Luis Feito, por acusar a los sindicatos de haber tenido una reacción "infantil, inmadura y absurda" al amenazar con una huelga general, y aseguró que se comporta como un "sicario" para "inviabilizar" y "añadir dificultades" al diálogo social.
"Este sicario no va a conseguir más dificultades en la negociación", indicó el líder de UGT en declaraciones antes de participar en una asamblea de delegados de sector público en Madrid, dejando patente el grado de deterioro de las relaciones entre patronal y sindicatos. "Sí, sicario, asesino a sueldo", reiteró.
En relación al Gobierno, la 'tercera pata' del diálogo social, Méndez interpretó la suspensión del viaje del presidente del Gobierno,
José Luis Rodríguez Zapatero, a Brasil para implicarse en la recta final de la aprobación de la reforma laboral como una constatación de que el Real Decreto de medidas antidéficit ha significado "un problema para el diálogo".
"La implicación o el hecho de que el presidente esté atento (en el diálogo social) significa que el Gobierno implícitamente reconoce que ha significado un problema para el diálogo", indicó el líder ugetista, para después reiterar que desde los sindicatos se apuesta por alcanzar un acuerdo "equilibrado". Eso sí, lanzó una nueva advertencia: "Los sindicatos no firmaran cualquier acuerdo".
El secretario general de UGT replicó sobre la "coartada" de la cláusula de suspensión del Estatuto del Empleado Público --que prevé el incumplimiento de las subidas salariales previstas en caso de que la situación económica así lo demande-- en la que se ampara el Gobierno para justificar el decreto: "Tiene que quedar muy claro que cuando se firmó el acuerdo de septiembre (que pactaba una subida salarial del 0,3%) la economía real estaba peor que cuando el Gobierno ha decidido vulnerarlo", sentenció.
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