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El socialismo y los socialistas en la Comunidad Valenciana

El socialismo y los socialistas en la Comunidad Valenciana

miércoles 05 de mayo de 2010, 16:51h
A lo largo de estos días se ha hablado mucho de los posibles roces entre el PSC y el PSOE, hasta el punto de llegar a plantear la posibilidad de una actuación de los diputados y senadores del PSC en Madrid, al margen del grupo y directrices del PSOE, tanto en el Congreso como en el Senado.

También estos días nos hemos enterado que la Federación Socialista Madrileña (FSM) está teniendo problemas con el PSOE nacional y, aunque no es motivo de atención por parte de los medios de comunicación, el PSPV-PSOE de la Comunidad Valenciana lleva tiempo con problemas de “relación” con el aparato del PSOE en Madrid.

Los prácticamente 15 años del Gobierno del PP en la Comunidad Valenciana han generado una situación de auténtico desconcierto en las filas del PSPV-PSOE, motivado preferentemente porque cuando no hay un liderazgo real y admitido, cualquiera se considera con derecho a ser líder y, por lo tanto, cuestiona, cuando no fracciona, las decisiones que se toman.

Otro problema que se plantea en todos los partidos, pero que en el PSPV-PSOE se ve de manera muy clara, es que cuando alguien con poder apoya a otro a alcanzar el liderazgo, cuando lo consigue, su “padrino” o, como en este caso, “madrina”, considera que tiene poder sobre el líder, hasta el punto de que lo quiere y lo respalda en tanto en cuanto hace lo que el/ella quiere, pero en el momento en el cual el líder quiere tener su propia autonomía y poder de decisión, en vez de apoyarlo se dedican a moverle la silla.

La situación del socialismo en la Comunidad Valenciana sigue siendo delicada, porque los propios socialistas, tanto interna como externamente, se están preocupando de desestabilizar al que democráticamente fue elegido en el último congreso secretario general, es decir, a Jorge Alarte.

Jorge Alarte desde hace tiempo tiene un discurso muy bien estructurado, tanto en relación a lo que necesita y es bueno para la Comunidad Valenciana, como a las personas que están y deben estar en el partido, como a la estructura del partido, como a las relaciones con los demás partidos, así como con las tradiciones, costumbres e historia de esa Comunidad, pero para poder desarrollar la labor política para la que fue elegido, es decir, convencer a los miembros de la Comunidad Valenciana de que le voten para ser presidente de la Generalitat, se encuentra con un doble problema.

El primer problema es que el señor Alarte tiene que dedicar demasiadas neuronas y energía a explicar a los suyos propios su proyecto y tratar de sumarlos al mismo, en vez de dedicar esas neuronas y energía a hacer una auténtica labor de oposición.

El segundo problema es que el señor Alarte no tiene quien le escriba, es decir, su notoriedad y penetración en los medios de comunicación quizás sea importante a nivel personal, pero no está consiguiendo que le den la notoriedad y reflejen con exactitud su proyecto y sus ideas.

Como se puede ver, este panorama es mucho más grave que el del PSC y el de la FSM, pero lo que ocurre es que el PSPV-PSOE desde siempre se ha caracterizado, para bien o para mal, por no ser un problema para la organización nacional del PSOE en Madrid y, por lo tanto, de las diferencias del PSPV-PSOE con el PSOE nacional, que son muchas, nadie habla.

La Comunidad Valenciana quiere tener auténticos líderes que conozcan bien los problemas que tiene y sea capaz de transmitir y defender el concepto de autoestima, para lo cual se necesita que entre los suyos, tanto a nivel nacional, como a nivel comunitario, se le reconozca como el líder del proyecto socialista en la Comunidad Valenciana y, además, que su proyecto sea conocido y apoyado sin ningún tipo de fisuras.

Jorge Alarte ya dijo que su momento no era el 2011, sino el 2015, pero da la impresión de que haya demasiada gente, tanto a nivel interno, como externo, que no quieren que pueda desarrollar su proyecto y que se lo están dificultando de manera extraordinaria, hasta el punto de que, en determinados mentideros políticos, ya están elucubrando movimientos, alianzas y traiciones para, o bien desbancar al señor Alarte, o bien propiciar unos malos resultados que justifiquen su dimisión voluntaria o, si no la presenta, un auténtico “golpe de Estado”.
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