España 2020, el reto de los tontos

Dentro de 9 años, tres de cada cinco de los niñ@s hoy menores de 13 años se dedicarán a profesiones que todavía no existen. Es decir, en el 2020, cuando los treceañeros de hoy se licencien, el mundo será distinto -y a la vez igual- al que tenemos y bastante más sofisticado.

La pregunta que desvela mis noches es en qué medida colaborará España con los avances del 2020. ¿Estaremos en la brecha o seguiremos discutiendo el RH negativo de los vascos, el trasvase de aguas a los valencianos, el fet diferencial catalá, la indolencia de los andaluces, la españolidad de los llanitos o si los gallegos suben o bajan la escalera?

En 2011, este año, IBM pondrá en marcha la supercomputadora Sequoia con un sistema de proceso de 20 petaflops por segundo (un 20 seguido de 15 ceros, el 60% de la velocidad del cerebro humano, 20.000 billones de operaciones por segundo) y en 2012 desaparecerán de toda Europa las bombillas incandescentes de cualquier tipo y solo serán admitidas las basadas en tecnología LED.

2016 pondrá a la venta los primeros productos electrónicos hechos con grafeno, el material descubierto por los Nobel de química 2010 que tolera microchips de un átomo de grosor lo que permite tener móvil, ordenador, televisión de 50 pulgadas, GPS, iPad y cuantos gadgets imaginemos en un único soporte plegable como una pulsera y desplegable hasta el tamaño de un ventanal.

Entre el 2014 y el 2019 se lanzarán al mercado las primeras viviendas equipadas con baterías autónomas capaces de alimentar las necesidades energéticas de una familia durante todo un año y a un coste unas 20 veces menor que el de ahora. En 2017 la seguridad social estará en disposición de ofrecer tratamientos genéticos y, por tanto, personalizados e intransferibles.

En 2016 Estados Unidos, Suecia, Japón y Alemania tendrán las primeras autopistas inteligentes, capaces de regular el flujo de vehículos, la velocidad de circulación y la distancia de seguridad entre unidades. En 2014 Volvo tendrá completamente desarrollado el sistema Volvocars que permitirá la circulación sin accidentes de vehículos a motor y en 2015 empezaremos a ver los primeros coches auto-pilotados que no requerirán conductor.

En 2020 la esperanza de vida de un occidental será de 105 años y serán noticia personas que superan los 115 años de vida. En 2015 ya habrán sido identificados los primeros seres humanos que verán el año 2160 y también en 2015 aparecerán los primeros despachos de farmacia con medicamentos hechos con el ADN del paciente a tratar.

¿Y de cuántos de estos desarrollos seremos autores o coautores los españoles?

Mientras la primera de nuestras universidades aparezca en el puesto 150 del ranking mundial, mientras nuestros resultados en PISA estén a una altura subsahariana, mientras nuestros hij@s sigan viviendo con papá y mamá a los 30 años, mientras nuestro índice de lectura de libros y periódicos siga siendo uno de los más bajos de los países de la OCDE, mientras sigamos mirando hacia atrás con ira y no seamos capaces de pre-ver los años venideros que ya están encima, mientras las matemáticas sigan pareciéndonos un misterio para iniciados, mientras no seamos capaces de obtener lo mejor de cada uno y minimizar nuestras debilidades y diferencias, lamentablemente los españoles no estaremos presentes en la inmensa mayoría de los avances que ya se están produciendo. Pagaremos por disfrutarlos. Y pagaremos mucho, pero no obtendremos sus beneficios ni participaremos colectivamente de sus desarrollos.

Necesitamos un nuevo Contrato Social. Necesitamos políticos que sepan sumar, necesitamos una administración basada en los méritos y alejada del trasiego ideológico, necesitamos profesores de calidad científica y pedagógica en lugar de impartidores de lecciones a los que no se admite en otros destinos laborales dadas su impericia, su mala preparación o su des-conocimiento profesional.

Necesitamos ciudadanos del mundo, necesitamos pensadores globales, necesitamos trabajadores polivalentes, necesitamos prójimos tolerantes, necesitamos españolitos intelectualmente curiosos y motivados. Y por encima de todo necesitamos individuos que se esfuerzan y se superan a sí mismos cada día. El problema es creer que tales individuos crecen en los árboles, que se dan por generación espontánea o que no son nuestra responsabilidad.

Yo tengo hijos de 13, 11 y 3 años. ¿Será su culpa si llegan al 2020 sin ser parte activa de los desarrollos que ya tenemos encima? ¿Será su culpa si España es solo compradora y espectadora en vez de generadora y protagonista de estos avances? ¿Qué me diré a mí mismo cuando descubra que no tienen siquiera la capacidad de recriminarme por no haber hecho lo suficiente por su desarrollo?