El premio de periodismo Luis Carandell, que anualmente concede el Senado – y antes también el Congreso- a un profesional que ha destacado por su trabajo en el ámbito parlamentario, dotado con 10.000 euros, ha desatado polémica en su última edición. La razón no es ni más ni menos el hecho de que la concesión haya recaído esta vez en el veterano periodista, Iñaki Gabilondo, que acaba de quedarse en ‘paro’ tras el cierre de CNN+, donde dirigía y presentaba el programa ‘Hoy’. Gabilondo competía con la periodista Rocío Antoñanzas, de la agencia EFE, que cuenta con una amplia trayectoria profesional como cronista parlamentaria, primero en el Congreso y posteriormente en el Senado.
Bien es verdad que decisión de conceder el galardón a Gabilondo contó con la mayoría de los votos de los miembros del jurado, en el que están representados todos los grupos de la Cámara y la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), que se abstuvo. Pero no deja de sorprender que el prestigioso premio se le haya otorgado esta vez a un profesional que no ha destacado por el trabajo para el que se creó el premio.
La Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) ha difundido este miércoles una nota explicando que se abstuvo en la votación al considerar que el premio lo que persigue justamente es reconocer la labor de los informadores parlamentarios, como ha ocurrido en ediciones anteriores. Y Gabilondo, al margen de que sea un estupendo y magnífico profesional, no ha destacado por ese cometido precisamente.
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