Sí, la entiendo porque la Unión Europea, al igual que los Estados, no ha dado una respuesta a la crisis, que dura ya siete años. Sin Europa no se puede afrontar la crisis pero la Unión tienen que dar un giro a su política: estímulos e inversiones, impuestos a las grandes fortunas y a las multinacionales, prohibición de los paraísos fiscales y control estricto del sistema financiero. Ésa debe ser la hoja de ruta de Europa. Es lo que propongo en mi reciente libro "La Edad de Hielo".

La Edad de Hielo es la metáfora de una crisis que se ha convertido en duradera y crónica y que ha hecho llegar a nuestras vidas, esencialmente en los países periféricos europeos, lo que llamo en mi libro los Cuatro JInetes del Apocalípsis: empleo precario y devaluación salarial; pobreza hasta extremos desconocidos; desigualdad creciente y profunda; y xenofobia.

Sí, uso Twitter. Debe aplicarse en la red la misma legalidad que en cualquier otro medio de comunicación.

Estoy de acuerdo con usted. No se explica la propuesta del PP sin su desplome en la elecciones europeas. En cualquier caso, la reforma del sistema electoral exige el mismo consenso que la Constitución.

La reforma del artículo 135 de la Constitución se hizo demasiado apresuradamente. Desde mi punto de vista, hubiera exigido incluir en la propia Constitución una garantía de presión tributaria para el sostenimiento del Estado del Bienestar. En cuanto al PSOE, sigue siendo el partido imprescindible para una alternativa de izquierda en España y en Europa. Pero los partidos socialistas tienen que girar nítidamente a la izquierda en políticas sociales, políticas tributarias y políticas financieras, es decir, sustituir una deuda gigantesca (pública y privada) por impuestos progresivos a las mayores rentas, patrimonios y capitales.

Podemos ha recogido un voto de protesta contra una crisis que se ha convertido en crónica y frente a la cual la política ha mostrado una imagen de incapacidad de respuesta, no sólo en España. Por el momento, se trata sólo de una protesta. Eso no basta. En política hay que formular propuestas y alternativas y, lo más importante y difícil, explicar cómo se van a financiar.

No renuncié a nada. Mi trayectoria política se explica por tres objetivos: la defensa radical de los derechos humanos, el proyecto de Europa y la unidad de los progresistas. Sigo pensando lo mismo. Los partidos son instrumentos al servicio de los ideales, y deben saber actuar en el ámbito de la ideología y en el del gobierno, sin el cual las ideas no pueden transformar la realidad.

No hay ninguna vinculación entre PSOE y PP. No coincidimos prácticamente en nada. Tampoco en lo que usted señala. El miedo es un sentimiento paralizante del que hay que huir. Y, especialmente, nunca hay que temer al voto democrático. Bienvenidas todas las fuerzas políticas que tengan apoyo popular y planteamientos democráticos.

En la Europa y España del siglo XIX, monarquía era igual a oligarquía y república igual a democracia. En el siglo XX y XXI esa dicotomía ya no es exacta. No puede decirse que Noruega, Suecia o Dinamarca no sean países democráticos. La cuestión central hoy en Europa es la salida de la crisis, el empleo y el rescate del Estado del Bienestar. La forma de Estado, aunque relevante, no es tan decisiva a ese respecto.

La democracia no es si no una sana contienda por un poder político que está sometido a las reglas del Derecho. En España muchos lucharon durante décadas por que el poder político se ejerciera por los elegidos por los ciudadanos y no por los que se apoyaban en un ejército vencedor en una guerra civil. Así que cualquier debate o proceso electoral democrático debe ser alentado y respetado.

Sí, soy de izquierdas. La izquierda no es infalible y también comete errores, de los que hay que aprender. La crisis no se la inventó la izquierda pero debió haber respondido a ella con una distribución de esfuerzos fiscales más justa. En todo caso, los errores de la izquierda no deben conducir a la autoflagelación permanente y a consederarse incapaces para siempre de plantar cara a la derecha y formular alternativas para salir de lo que yo llamo Edad de Hielo.

El PSOE nunca se ha aliado con la derecha. Pero su pregunta también debería dirigirse a otras fuerzas políticas.

A mi juicio la desafección a la política tiene dos causas esenciales: la más importante es la falta de respuesta a la crisis económica y social. La otra es la aparición de numerosos casos de corrupción en donde hay implicación de políticos. Hay que afrontar decididamente y con absoluta prioridad esos dos desafios a la democracia. Al primero me he referido con gran extensión en el reciente libro La Edad de Hielo. En cuanto al segundo, los partidos políticos tenemos que ser implacables dando más medios a policía y jueces para perseguir la corrupción, prohibiendo las donaciones privadas a los partidos y haciendo que la corrupción se persiga, no sólo desde España sino también desde la Unión Europea, por ejemplo, creando un fiscal europeo. Me parece particularmente injusto que la corrupción de algunos miembros de un partido afecte al buen nombre y al trabajo honrado de la inmensa mayoría de los militantes.

Buena pregunta para hacérsela al PP.

Muy agradecido por vuestra participación en este chat. Espero que muchos de vosotros y vosotras leais este verano La Edad de Hielo y que a la vuelta podamos debatir sobre lo que os ha parecido. Un fuerte abrazo a todos.