El poder de convocatoria de Fernando Jáuregui

Qué importante es mi jefe, Fernando Jáuregui. Tan importante es que cuando él convoca a alguien, todo el mundo acude en masa (y que nadie crea que este peloteo descarado es para que me suba el sueldo que yo estoy muy contenta con lo que me paga). Pero es que es verdad que tiene poder de convocatoria. Vaya sí tiene. La semana pasada organizó el Congreso de Nuevo periodismo en Cáceres y les pidió a los Príncipes de Asturias que lo inauguraran y lo consiguió.

Hoy estoy aquí desayunando en el Hotel Palace (mejor manera de empezar la semana no hay) escuchando a Jáuregui hablar de lo que él sabe, es decir, del periodismo. Un poco rollo sí que fue su conferencia, porque habló, habló y habló durante casi una hora sin descanso. Pero lo que más me importa a mí (que no me vengan ahora con teorías sobre el periodismo que me las tengo muy bien aprendidas aunque luego no las aplique porque soy así de rebelde) es la gente que acudió.

En la mesa presidencial (y no por ello más importante) se sentó el gurú del periodismo y maestro de tantos, como es Luís María Anson que, por cierto reclamó a través de una bella azafata que Güemes 'pelo pantene', se trasladara de la mesa colindante a su lado. Güemes, solícito, accedió y abandonó la compañía de Pilar del Castillo, con la que inicialmente estaba sentado.

Sigo con la mesa presidencial: Esteban González Pons al lado de Gaspar Llamazares cabizbajo y más delgado de lo habitual. Por cierto, Pons, ¿qué te pasaba que estabas apoyado en tu brazo como si te durmiera lo que escucharas? Cándido Méndez muy cerca de Ana Mato. Otra señora del PP, Elvira Rodríguez actual presidenta de la Asamblea de Madrid también ocupó espacio en tan magna mesa.

Federico Trillo compartió mesa con la dueña de los mejores e imposibles moños de Madrid que es Isabel Tocino y el cada vez más invisible, Álvarez del Manzano. Me sorprendió (y agradó) ver a Rosa Villacastín. Rosa es de las pocas periodistas de este país que, dedicándose a la prensa del corazón, tiene el respeto del resto de la profesión.      Cerca de esa mesa estaba el ex presidente del tribunal constitucional, Jiménez de Parga, que además es el presidente del consejo editorial del grupo Diariocrítico.

Mariano Fernández Bermejo, ministro de Justicia, muy serio como es habitual en él. Y, fíjense si somos importantes que, andaba por allí todavía resfriada, Soraya Sáez de Santamaría. Y el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido. Como ven, lo mejorcito de nuestra sociedad.

 Las casualidades de la vida me sentaron al ladito de Isabel Estapé que es una de las mujeres más listas y espabiladas de la vida civil española. Notario y agente de bolsa, miembro de la Real Academia de ciencias económicas, consejera de Criteria… y un montón de cosas más. Ah y la responsable de quitarle cierto protagonismo a su marido que es el psiquiatra Enrique Rojas.

De todas las preguntas que se hicieron, cómo no, se hizo referencia a la polémica del libro de Pilar Urbano sobre la reina, cansino debate que empieza ya a cansar pelín.