La idea de hacer una segunda parte sobre una película que hubiese tenido éxito es algo que surgió en Hollywood casi desde el principio. Así grandes éxitos de taquilla como Tarzán tenían varias continuaciones, al igual que la serie de “
La cena de los acusados” que se alargó hasta las siete entregas con la encantadora pareja formada por
William Powell y
Myrna Loy. También fueron muy proclives a tener continuaciones las películas de terror protagonizadas por
Boris Karloff o
Bela Lugosi,
James Whale se encargó de las dos entregas de “
Frankenstein” y Lugosi después de varios Dráculas terminó creyendo que era el mismísimo Conde transilvano.
Pero aun así estas películas no estaban previstas como sagas, tenían un principio y un final autónomo del resto de películas, y se podían ver independientemente. Un gran ejemplo de ello es el personaje más longevo de la historia del cine,
James Bond. Bond nació cinematográficamente con los rasgos de
Sean Connery y en plena Guerra Fría. Tras casi cinco décadas matando a los malos y ligándose a las chicas, los estrenos de Bond siguen siendo un acontecimiento mundial, gracias a la imagen de marca del espía británico más famoso de todos los tiempos.
Pero el inicio de las sagas tal como se conocen actualmente hay que buscarlo en los años 70 en Hollywood, uno de los periodos más turbulentos y creativos en toda la historia de Hollywwod. Una nueva generación de directores y productores se había hecho con las riendas de la Meca del Cine. Los
Coppola, Scorsese, Altman o
Ashby, le estaban dando un nuevo enfoque al cine estadounidense. Admiradores de la Nueva Ola francesa,
Fellini o el cine japonés, se podría decir que Hollywood vivía una nueva Edad de Oro. Pero por ironías del destino, esa misma generación, en concreto los elementos más jóvenes, serían los creadores del actual sistema hollywoodiense, con sus
blockbusters, sus estrenos veraniegos y, cómo no, sus sagas.
Los años 70
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En 1972 Coppola estrenaba “
El Padrino”, un encargo de la productora que el cineasta italoamericano había convertido en una epopeya shakespeariana. La película se convertía en un éxito refulgente y los productores veían un filón en los Corleone. Dos años después se estrenaba una segunda parte, al menos tan buena como la primera, que tuvo los mismos buenos resultados en taquilla. Eso sí en este caso podemos agradecer que exista, incluso la tercera parte, tan criticada por algunos y estrenada en 1990, es una gran película y cierra brillantemente el círculo del gran protagonista de la obra, Michael Corleone.
Con este precedente claro, vamos a hablar de las dos películas que cambiaron definitivamente el sistema de producción y promoción de las películas, y de las dos personas responsables de ello,
George Lucas y
Steven Spielberg. En 1975 se estrenaba tras un accidentado rodaje, “
Tiburón” una película que no hubiese pasado de serie B en manos de otro director pero que Spielberg convirtió en el gran taquillazo. Bueno Spielberg, y la gran promoción que montó el estudio. El director de "
E.T." se apuntaba el primer tanto que le convertiría en el Rey Midas de Hollywood, y estos a cambio descubrían el periodo estival como el momento perfecto para sacar un arsenal de películas basadas en la cinta de Spielberg, desde varias secuelas hasta películas sobre pirañas u orcas asesinas. Es en estos subproductos donde comienzan las consecuencias negativas, los estudios descubren al público adolescente como su gran ‘target’.
En una galaxia muy, muy lejana...
Esto se hará evidente con la película que marcará definitivamente el rumbo a seguir para los grandes estudios. En 1977 George Lucas, uno de los protegidos de Coppola, estrenaba “
La Guerra de las Galaxias” un divertidísimo pastiche en el que mezclaba las películas de serie B, el western, Tolkien o las películas de samuráis con la Ciencia-Ficción. El bombazo en taquilla es de los que no se recuerdan, pero además tiene dos características especiales, se trata del IV Episodio de una saga, como se recuerda al principio de la película. La otra es que el director se ha asegurado los derechos de ‘merchandising’ de la película, cosa que no era especialmente importante hasta entonces… Hasta entonces, porque Lucas se encargará de sacar toda variedad de productos, desde juguetitos hasta ropa, pasando por innumerables accesorios de todo tipo, lo que le convertirá en uno de los hombres más ricos del mundo.
Después de aquello decidieron unirse para dar vida al arqueólogo más famoso de todos los tiempos, Indiana Jones, el encargado de romper las taquillas en los años 80. En los 90 llegarían los hermanos
Wachowski con Matrix y sus flojas secuelas, Lucas rodaría una nueva trilogía galáctica que no convencería a todos sus fans. A principios de siglo
Peter Jackson se embarcaría en una trilogía sobre “
El Señor de los Anillos” rodada de una tacada, aunque estrenada en distintos años con espléndidos resultados y un joven mago, llamado Harry Potter, crecería ante nuestros ojos hasta convertirse en un hombrecito.
Actualmente Lucas y Spielberg son los dos hombres más ricos de Hollywood y en nuestro lenguaje han entrado expresiones como trilogía, precuela o saga, siempre relacionadas a los mayores éxitos de taquilla. Los estudios han acabado con el poder que llegaron a alcanzar los directores en los años 70 y hace, principalmente, películas en las que la campaña de publicidad es tan importante como el resultado final, su público es el adolescente y sus guiones parecen escritos en serie. Pero al final es el público el que manda… ¿o será el '
marketing'?.
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