Rajoy apuesta por la veteranía

Unas horas antes de las 19.30, la vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos, decía ante los micrófonos radiofónicos que, conociendo a Mariano Rajoy, el Gobierno que iba a nombrar unas horas después era 'muy previsible'. Y, efectivamente, una vez que se tiene la lista completa y de forma oficial se ve claramente que el Gobierno era 'previsible', aunque quizá con alguna ausencia.

Es evidente que Rajoy ha optado por la 'veteranía': ha formado un gobierno de personas más bien mayorcitas -que no mayores- y con sobrada experiencia anterior en determinadas áreas de gobierno: por ejemplo, Pedro Morenés, un hombre que es muy querido por el Rey, desde luego, pero cuando tuvo responsabilidades gubernamentales lo hizo y fue muy querido en su Ministerio. Por ejemplo también, Arias Cañete, que repite en Agricultura, donde se le recuerda defendiendo el vino y la oliva frente a las razzias de Bruselas. O qué decir de Montoro y de Luis de Guindos, en sus etapas anteriores en Hacienda y en Economía. Y lo mismo vale, claro, para Ana Pastor, más allá de la gran amistad y confianza que la une con el ya presidente.

Veteranía por un lado, por tanto, y gente de extrema confianza por otro, sin ningún nombramiento de extremistas ni de histriónicos. Lo de Soraya Sáenz de Santamaría era de cajón: desde que se estrenó como portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso y se enfrentó con tanto éxito a María Teresa Fernández de la Vega era evidente que sería la auténtica 'número dos' de un gobierno presidido por Rajoy. Y así ha sido: Sáenz de Santamaría ya tenía poder, pero tiene mucho más, aglutinando, como hizo de la Vega, todo el poder político del nuevo Ejecutivo, todo va a pasar por sus manos, toda la coordinación es de ella, y suya es también la voz del Gobierno. No hay, probablemente, más fiel a Rajoy y de probada eficacia.

Casi parece, incluso, que las cuotas territoriales se han cumplido, pero con una gran peso que ganan los andaluces: desde el propio Montoro hasta Fátima Báñez, flamante ministra de Empleo y Seguridad Social, una de las carteras más difíciles que en estos momentos puedan tenerse. Báñez, una onubense trabajadora y eficaz, ha sido uno de los mayores puntales del equipo económico del PP en el Congreso. Es dialogante y tolerante, cualidades necesarias para negociar con los agentes sociales unas medidas que suponen duras e impopulares. Y hasta Ana Mato, que no es andaluza, pero que despierta mucha simpatía en Sevilla, es un componente de gran confianza para desarrollar un Ministerio que quizá algunos consideren menor, como el de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que necesitaba de una persona de sus cualidades.

Ha sorprendido la colocación de José Manuel García Margallo al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores, pero este político, formado en UCD y en la antigua democracia cristiana del PDP, ha desarrollado una más que intensa labor en Bruselas durante muchísimos años. Su talante está más que probado, y su experiencia también. Y tampoco sorprende el nombre de Jorge Fernández Díaz -lleva dos semanas corriendo de boca en boca en la Policía- sabiendo la confianza que Rajoy tiene en él y cuál ha sido su historial con UCD. Por ejemplo, pocos recuerdan que en 1981, cuando fue cesado como gobernador civil de Asturias para nombrarle en el mismo cargo en Barcelona, en Oviedo le hicieron un homenaje por su carácter dialogante.

En términos generales, un gobierno mayorcito más bien, sí, pero muy probado y con talante. Bueno, quizá haya alguna nota discordante. Pero hasta el mejor poeta deja suelto algún verso.


- Especial: Nuevo Gobierno de Rajoy