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Eran pocos... y criticó Trujillo

Eran pocos... y criticó Trujillo

martes 04 de diciembre de 2012, 10:30h
Casi nadie se acuerda de ella, o más bien, casi nadie recuerda que fue una de las ministras_fabricadas de Rodríguez Zapatero. Pero seguro que la reconocen por aquella incalificable campaña de febrero de 2006 en la que la susodicha decidió tomar medidas para ayudar a los jóvenes a encontrar casa: les iba a regalar unas zapatillas 'kelinfinder', 10.000 zapatillas para 'patearse la ciudad' que formaron parte de la campaña de promoción de una web estatal de búsqueda de pisos después de que ella misma hubiera ensalzado las virtudes de los 'minipisos' de 30 metros cuadrados... La web finalmente fue sustituida por el portal de Vivienda Joven con un título algo más digno.

Ahora seguro que sí la recuerdan... Efectivamente, es María Antonia Trujillo.

Pues bien, Trujillo ha entrado en esta feria del disparate en la que se ha inmerso el PSOE y ha escrito, en el diario La Razón, un artículo que, bajo el título "El PSOE se disuelve como un azucarillo", no tiene desperdicio.

Ella, una de las ministras_invento de Zapatero, hace una acerada crítica del acto del pasado domingo de exaltación felipista, y dice que "ese acto ha servido para presenciar, una vez más, la enorme distancia que existe dentro del partido y del partido con la sociedad" (sic).

Contra lo anterior, Trujillo, con pluma de no haber roto nunca en plato, dice que las bases socialistas están pidiendo "una regeneración interna e ideológica, que cambie la estructura y el  funcionamiento interno para que realmente sean democráticos; que están pidiendo 'una reforma completa de los estatutos que dé participación y voz a la militancia en los procesos internos de decisión y elección de los cargos y órganos de dirección, establecidos actualmente mediante un sistema de cooptación que ha hecho del PSOE un partido de cúpulas, rígido y encorsetado, que impide la permanente renovación propia de cualquier organización que se reclama de izquierda'. Se trata de conseguir un partido que se enriquezca día a día con sus militantes; un partido que demuestre que se tiene vocación de servicio público y que nadie está cosido al sillón; un partido que quiera cambiar el sistema electoral para que las listas sean abiertas, para que se limiten los mandatos y para que se renueven permanentemente los cargos públicos; un partido que luzca por su transparencia y no por su opacidad. En definitiva, un partido donde la participación y la opinión se premien y no se castiguen con amenazas de expulsión" (sic, también).

Y eso lo escribe Trujillo, ¿dolida aún porque Zapatero la cesó y la arrojó de su Olimpo particular?

En fin, que, ahora, para Trujillo la cosa está clara: hay que buscar la mayoría que reclamó Felipe González en su acto-homenaje del domingo; pero ojo, que hay que seguir al pie de la letra la receta_Trujillo: "Buscar esa mayoría, en mi opinión, significa buscar la centralidad en una sociedad que mayoritariamente es de centro-izquierda. El PSOE, con el tiempo, se ha ido convirtiendo en un partido de centro-derecha, criticado por sus políticas neoliberales y por abandonar los más elementales principios socialdemócratas...". Y, además, a los jóvenes ya no se les regalan zapatillas para patearse las calles.
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