Pasado el mediodía de este jueves se ha conocido, para sorpresa de nadie, que la Fiscalía ha pedido el archivo de la causa judicial abierta contra la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, por la denuncia de Manos Limpias.
El Ministerio Público, en su escrito de recurso, explica que renuncia a recurrir la apertura de diligencias ante el propio juzgado que actuó (el juzgado de Instrucción número 41 de Madrid) y pasa a pedirlo a la Audiencia Provincial de Madrid, donde pide la revocación del auto y el archivo del caso.
Este terremoto político se inició cuando el magistrado Juan Carlos Peinado decidía abrir diligencias previas contra la esposa del presidente del Gobierno. Pretendia investigar si hubo una intervención a favor de empresas que pidieron ayudas y contratos del Ejecutivo, atendiendo así una denuncia interpuesta por el sindicato ultra Manos Limpias, que la acusa de los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción.
El propio sindicato ultra ha admitido hoy que su denuncia se basa en informaciones de prensa, nada más, sin aportar pruebas, e incluso reconoce que algunas de ellas son noticias falsas, como ya se ha podido constatar.
Esta acción judicial provocó que el presidente Sánchez se tomara unos días de retirada de la agenda pública para reflexionar si debe renunciar al cargo, ante lo que considera una persecución de la derecha mediática, judicial y política.
"Diligencias previas"
Dicen los expertos que la denuncia se basa en meros comentarios de prensa, noticias de dudosa credibilidad y ausencia de indicios de prueba o culpabilidad, por lo que ha llamado mucho la atención en el sector judicial que haya sido aceptada y que el juez Peinado haya abierto "diligencias previas".
En el lenguaje jurídico, "diligencias previas" son los actos procesales que realizan los jueces, pero también los letrados de la Administración o funcionarios y que dejan constancia en un acta de que están actuando sobre un asunto previo a impulsar un procedimiento legal.
El juez Juan Carlos Peinado
Este magistrado está bajo el ojo de todos porque se sospecha de una guerra judicial o 'lawfare'. Peinado ya aceptó en el pasado denuncias de Manos Limpias, una agrupación ultra que normalmente presenta querellas en casos que ve mediáticos, para así aparecer en la prensa y ganar notoriedad pública.
De hecho, en un comunicado oficial, Manos Limpias admite que pidió concretamente a este juzgado investigar a Begoña Gómez porque "la fiscalía no actuaba de oficio".
Y es que este caso de Gómez ya lo llevaron PP y Vox a la Oficina de Conflictos de Intereses y se desestimó ante la ausencia de evidencias de ese supuesto tráfico de influencias y choque de intereses.
Y sí, Peinado está siendo señalado porque casi siempre que ha generado polémica ha sido por actuar contra políticos o entornos progresistas. Aceptó investigar a 2 concejales del Ayuntamiento de Madrid en tiempos de Manuela Carmena sólo por la publicación de unos tuits. Lo hizo a instancias de Manos Limpias.
También investigó a más de 10 periodistas de por presunta revelación de secretos al publicar datos del sumario del caso contra los CDR catalanes (Comités de Defensa de la República). Pese al susto para ellos, el proceso no siguió su curso.
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