Pedro Rocha ha sido proclamado este viernes nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), tras haber recibido el apoyo de la mayoría de los asambleístas de esta institución que dirige el fútbol español.
Así lo ha acordado la Comisión Electoral, reunida esta mañana, "en base al calendario que fue establecido para este procedimiento", explica la RFEF en un comunicado.
Según la Orden EFD/42/2024, de 25 de enero, por la que se regulan los procesos electorales en las federaciones deportivas españolas y el Reglamento electoral de la RFEF, la Comisión Electoral ha procedido a la proclamación directa del candidato que, de manera inmediata, pasará a ejercer como presidente de esta entidad.
Rocha ha conseguido su objetivo pese a toda la maquinaria puesta en marcha por el Gobierno a través del CSD (Consejo Superior de Deportes), órgano a través del cual gestiona el mundo del deporte nacional el Ejecutivo central.
Rocha ha conseguido este puesto tras casi un año en el cargo de manera interina al ser el único candidato viable en las elecciones, ya que ninguno de sus rivales consiguió reunir los avales suficientes para poder presentarse al proceso electoral de la RFEF.
Gana tiempo, pero sigue en peligro
Ayer jueves, el CSD tuvo que explicar que no podía todavía proceder a la suspensión temporal de Rocha porque no tenía ningún cargo federativo.
Ahora se ponen de margen hasta el martes 30 de abril para que se reúna la comisión directiva otra vez y estudien el expediente del TAD (Tribunal Administrativo del Deporte) para ver si existe falta muy grave y si hay que suspender temporalmente a Rocha y a la Comisión Gestora de la RFEF.
El Gobierno apuesta por evitar el mandato de Rocha y pretende descabezar la RFEF, poniendo en marcha un reciclaje total de la institución, al considerar que la corrupción ha tomado toda su estructura interna.
Quiere que la RFEF tenga otra dirección de cara a la organización del Mundial 2030 e incluso este mismo verano para representar a la Selección absoluta en la Eurocopa de Alemania.
Recuerdan en el Ejecutivo central que el máximo órgano del fútbol español está viviendo meses muy convulsos después de verse salpicada por el 'caso Rubiales' primero y por la 'operación Brody' después, considerando que nada se ha sanado con la etapa de Rocha tras la salida de Rubiales.
Eso sí, esta postura no gusta ni a UEFA ni a FIFA, que siempre se blinda ante intervenciones política a las federaciones de cada país. Podría haber sanciones si considera que hay relevo de la RFEF sin un motivo bien razonado.
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