Llegó el momento del juicio del 11-M. La cuestión es que después de tanta expectación, en el caso de algunos medios, algo amarillista, el estreno se ha venido abajo: este jueves, la clave era el testimonio de El Egipcio, uno de los ‘cerebros’ o autores intelectuales de los atentados. Pero resultó que El Egipcio se negó a declarar y responder incluso a su abogado defensor. Se acabó el espectáculo que algunos esperaban ansiosos.
Pero entre tanta tensión hubo alguna nota de humor. Una de ellas, se dio durante la lectura del informe sobre el pasado de El Egipcio, historial clínico incluido. Nos hemos enterado que en Egipto, cuando tuvo que llevar una escayola por un hueso roto, “sufrió de hemorroides“. Qué interés, Andrés.
El informe sobre una declaración anterior en el tiemo era tan minucioso y largo que el secretario judicial que estuvo leyendo el texto se quedó literalmente sin voz, interrupiendo la lectura y notificando al tribunal de que no podía continuar. Todo ello con una rasgada voz a la desesperada. Gómez Bermúdez, presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y de este juicio, le pasó el marrón a otro secretario de sala, a quien le costó calentar la voz y perdía el ritmo continuamente.
También nos enteramos de cosas tan interesantes para la Humanidad como que vivió en casa de un señor “calvo y gordo”, o bien que “no tenía dinero para tomar un café” o que “no se cambiaba a diario de pantalones”. Lo dicho, máximo interés en el informe íntegro… sobraba la lectura al completo.