Im-presentables del día

Lobo va a una rueda de prensa para no hablar ¿...?

Estamos llegando al límite de lo inverosímil y casi surrealista. Ahora que a los periodistas nos fríen a ruedas de prensa llenas de obviedades -que con un comunicado bastaría para no perder el tiempo-, alguien ha superado todo, ha rizado el rizo. Se trata, además, de un cargo oficial: el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, Félix Lobo.

Acompañó en la tarde de este lunes al ministro de Sanidad, Bernat Soria, para ayudarle a explicar el -no demasiado bien explicado por éste- lío del aceite de girasol y sus marcas. Y, en un momento de la rueda de prensa, ¿...?, y con malas formas, Lobo espetó: "no estoy aquí para satisfacer las curiosidades de los periodistas".

Increíble, ¿no? Ir a una rueda de prensa para decir eso. Entonces, ¿a qué fue? Bien es verdad que Lobo, antes, había respondido, no mucho, a otras preguntas de los periodistas.Pero esa salida de pata de banco lo descalifica y lo convierte en impresentable total.

¿Sabe Corbacho lo que está diciendo?

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, debería aquilatar un poco más sus palabras. Al menos, explicarlas más a conciencia. Ha declarado que todos los inmigrantes que lleven un tiempo -ocho o diez años- en España deberían poder votar en las elecciones municipales. Cerca de un millón de personas, calculando por lo bajo. Y no, como ocurre ahora, que solamente votan los que tienen convenio de reciprocidad, es decir, los ‘inmigrantes’ -en muchos casos veraneantes de larga estancia, pensionistas, etc- de la Unión Europea.

La Constitución prevé que solamente puedan votar en España los que tengan nacionalidad española; pero también aquellos extranjeros que tengan convenio de reciprocidad. Es decir, se privilegiaba a los ciudadanos de la UE, discriminando a los restantes inmigrantes. La idea de Corbacho es buena, y podría llegar a no precisar de una reforma constitucional. Sería a través de una ley orgánica y previo acuerdo con cada país cuyos connacionales disfrutaran del sufragio en España. Es decir: un ecuatoriano votaría en España si un español puede hacer lo mismo en Ecuador. Pero se ha metido el señor Corbacho en un jardín legal que ya ha encrespado los cabellos de más de un colega suyo en el Consejo de Ministros.

¿Era necesario venir ahora con esta idea, justa por lo demás, cuando cientos de miles de inmigrantes podrían ser obligados a regresar a sus países de origen ante la crisis que se inicia en sectores como el de la construcción? ¿Ha calculado el ministro de Trabajo las implicaciones legales y sociales de su propuesta? Y, sobre todo, ¿es posible ahora poner en práctica lo que en unas declaraciones como de pasada ha dicho alguien que debería saber que, siendo ministro -e incluso siendo alcalde de L’Hospitalet-, cada palabra tiene un peso específico que los ciudadanos contemplan como una promesa y/o una advertencia?


La política de comunicación del Ministerio de Sanidad

El Ministerio de Sanidad y Consumo garantizó ya la noche del domingo que todo el aceite de girasol que esté a la venta a partir de hoy en "los establecimientos de distribución de todo el país no ha sido importado de Ucrania", por lo que ofrece todas las condiciones de calidad y seguridad para los ciudadanos.

Pero nos queda la duda de si ha sido necesaria toda la alarma social originada por el anuncio de la partida contaminada que venía del extranjero. También, como comentó este fin de semana la portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, Soraya Saenz de Santamaría, ha habido cierta "política de desconcierto". También comentó que "este país no puede permitir la política del desconcierto en un tema tan importante para todos" y un ministro "no puede generar alarma un día y al día siguiente pedir la calma".

Nosotros creemos que no se midió suficientemente bien el alcance de las palabras empleadas, pese a la profesionalidad de los funcionarios y la preparación de los asesores de comunicación. Por una parte, es cierto que es de agradecer la rapidez a la hora de comunicar el incidente, pero no se consiguió que fuera un mensaje sosegado y bien medido, sino que pareció una alarma alimenticia de mucho mayor grado... Y visto lo visto, no fue para tanto.


Críticas algo exageradas desde la oposicón

Tan acostumbrados como estamos a escuchar todo tipo de críticas desde la oposición al Gobierno, sobre todo del PP, perdemos ya el interés por la mayoría de ellas.

Por ejemplo, sobre lo dijo la portavoz 'popular' en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, quien reprochó a Zapatero que "no perdone su jornada de ocio del domingo, pese a los graves problemas económicos, sanitarios y de desempleo existentes actualmente en España". Para la portavoz popular, que Zapatero visitara ayer el barrio húmedo de León, una zona típica de bares y tabernas, significa que para el presidente "problemas como el paro, la gestión de la seguridad alimentaria con el asunto del girasol y la mala gestión económica" pueden esperar. Nos parece un pelín exagerado...