El ganador de cinco 'grandes', por cuya vida se temió al descubrirse el tumor, se sometió el pasado martes 2 a una cuarta intervención quirúrgica para la colocación de una válvula de derivación de líquido cefalorraquídeo ventrículo-peritoneal, y en la que se le realizó también una craneoplastia para la reparación del defecto óseo, tras la abertura que se hizo en la anterior operación el pasado 24 de octubre.
Esta intervención se encuadraba dentro del proceso de recuperación del cántabro después de que llevara ya varios días en una habitación de planta. Anteriormente, Ballesteros había pasado otras tres veces por el quirófano después de que se le detectase un tumor cerebral el pasado 12 de octubre tras casi una semana ingresado en La Paz.
La primera fue dos días después para la resección de dicho tumor, en una operación que concluyó sin complicaciones aparentes. Sin embargo, sufrió un edema cerebral 48 horas después que le produjo una disminución del nivel de consciencia por lo que los médicos tuvieron que practicarle una craniectomía descompresiva, destinada a reducir el daño secundario causado por la elevación incontrolada de la presión intracraneal.
Finalmente, el día 24 de octubre fue intervenido para eliminar el mencionado edema y los restos del tumor, clasificado como un oligoastrocitoma, que afectaba a los oligodendrocitos y astrocitos, que cubren y protegen las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal. Salvo inesperada y poco posible complicación, lo peor parece haber pasado ya.