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El cisma socialista

El cisma socialista

martes 16 de diciembre de 2008, 19:51h
Julio Antonio Feo.

El "cisma
" socialista  Los resultados del voto  de los militantes para  elegir al futuro primer  secretario del Partido  Socialista han dado  una victoria "pírrica" a Martine  Aubry sobre Ségolène Royal y  han creado gran confusión en  un Partido Socialista Francés  al borde de un "cisma". Unos  y otros denuncian irregularidades  y Ségolène Royal, que  impugna la victoria de su rival,  ha pedido otra elección, por un  perfume de fraude  comparable con el que llevó a la  Casa Blanca a George W. Bush  en 2004 frente al candidato  demócrata.
 
El enfrentamiento Ségolène-  Aubry es la expresión no sólo  de una lucha de “egos”, sino de  dos concepciones diferentes  de lo que debe ser el Partido  Socialista.

      El voto socialista muestra en  el fondo que ni Aubry ha ganado,  ni Ségolène ha perdido. Ha  mostrado que la consigna “lo que sea, salvo Ségolène”, de  sus adversarios, no ha funcionado,  pues la ex candidata a  la presidencia de la República  ha sabido crear una dinámica  de apoyo en torno a su candidatura. En el voto previo –el 6 de  noviembre-, al desastroso  congreso de Reims, que puso  a flor de piel las divisiones entre  cuatro tendencias o mociones  principales, Ségolène Royal  (presidenta de la región Poitou  Charentes) se impuso como tendencia  mayoritaria con el 29,6%  de los votos, frente al 25,3%  de Bertrand Delanoe (alcalde  de Paris), el 24’6% de Martine Aubry (alcaldesa de Lille) y el  18’9% de Benoit Hamon (tendencia  de la izquierda socialista).  Royal tenía legitimidad para  buscar en el Congreso de Reims  una moción de sintésis. Pero  no la hubo y Bertrand Delanoe decidió no presentarse y apoyar  a Martine Aubry.

      En consecuencia, hubo tres  candidatos en la primera vuelta  del 20 de noviembre, y de  nuevo Ségolène Royal llegó en  cabeza, con el 42’51% de los  votos, seguida de Martine Aubry  (34,70%), siendo eliminado Benoit Hamon (22,79%).  Al no conseguir mayoría  absoluta ninguno de los candidatos,  las dos mujeres se disputaron  así por vez primera en  la historia del PSF la jefatura  del partido. La aritmética daba  favorita a Martine Aubry, sostenida  por Delanoe y Hamon,  pero los militantes no lo han  entendido así y el carisma de  Ségolène Royal ha colocado  en difícil postura a la que será  probablemente futura dirigente  del partido, privándola de una  clara legitimidad, al jugarse la  elección por un puñado de controvertidos  votos.
 
   

Ségolène Royal, 55 años,  Martine Aubry, 58 años, ambas  salen de la Escuela Nacional  de Administracion, y ambas  han sido ministras en varios  gobiernos socialistas. Ambas  han hecho su carrera política  con una fuerte implantacion  local , una en Poitou Charentes,  la otra en Lille.

      Una, Ségolène, tiene carisma  de "presidenciable" –es la primera  vez que la prensa “people” se  desplaza a un Congreso socialista-  y se alza como “pasionaria”  del nuevo socialismo francés,  con un estilo casi místico que  disgusta a sus adversarios. La otra, Martine –hija de su  papá Jacques Delors- artífice  de la ley sobre la semana laboral  de 35 horas, es sin duda inteligente,  pero no tiene ningún  carisma y parece poco probable  que sea "presidenciable". Detrás  de su candidatura planean en  cambio los apoyos de otros "presidenciables"  socialistas, como  Laurent Fabius, Bertrand Delanoe  o Dominique Straus Khan,  más preocupado este último por  el momento en recomponer el  capitalismo en el FMI que en  refundar el socialismo francés.  Martine Aubry se ha impuesto  por los pelos con el apoyo de  todos los viejos “paquidermos”  del Partido Socialista Francés.  Nada peor podía sucederle al  PSF, pues la dinámica del voto en  favor de Ségolène Royal muestra  que hay una profunda necesidad  de renovar los métodos de  funcionamiento de la organización.  Ségolène quiere un partido  más al estilo americano en torno  a un líder, y propone bajar el  precio de la cotización y hacer  entrar a las jóvenes generaciones  en los puestos de dirección. Aubry, en cambio, defiende la  organización colectiva, el buró  político contra el líder. El viejo  aparato con Aubry a la cabeza  ha resistido, pero está al borde  de la debacle, pues en sus filas  ningún "presidenciable" podría  ganar hoy frente a Ségolène.  Poco separa, en cambio, de un  punto de vista ideológico a las  dos mujeres socialistas. Ambas  critican la política de Sarkozy y  reclaman mayor justicia social  frente a la grave crisis económica.  Pocas propuestas concretas  y creíbles, sin embargo, aporta  hoy el Partido Socialista Francés  a los desafíos de la globalización  económica y de la crisis, frente a  un Nicolás Sarkozy que ha sabido  con su demagogia ocupar la  derecha y el centro, atrayendo  incluso a personalidades de la  izquierda a su redil.

      Es una lástima que el Congreso  de Reims haya discutido  más del partido que de las ideas  el partido, pues la realidad es  que el PSF se encuentra hoy  ideológicamente atrapado en  un "triángulo de las Bermudas"  entre el "derechista" Sarkozy,  el "centrista" Francois Bayrou  y la "extrema izquierda" de  Olivier Besancenot, más  comunistas y ecologistas, a  los que se ha añadido ahora  el senador socialista Jean Luc Melanchon, que ha fundado su  partido de izquierdas y abandonado  la nave socialista a la  deriva, tras el Congreso de  Reims.
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