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La ministra que viene...

La complicada 'Defensa' de Carme Chacón en 2009

La complicada 'Defensa' de Carme Chacón en 2009

martes 16 de diciembre de 2008, 19:27h
Carme Chacón está en la cresta de la ola desde que se hiciera cargo del ministerio de Defensa la primavera pasada. La más valorada en las encuestas de opinión por la ciudadanía, futura “candidata” a la presidencia del Gobierno, -aún llamándose Carme y ser catalana -según no pocos cenáculos políticos, la ministra deberá enfrentarse durante el año próximo a no pocos e importantes problemas y reestructuraciones en el seno de las Fuerzas Armadas. Bien es cierto que, como ha sido normal desde su llegada,  en estos últimos meses ha contando con la absoluta fidelidad de los mandos militares.
Unos mandos militares que saben – aunque quizás no todos  o por lo menos no lo demuestran – que si bien somos la 8ª potencia económica del mundo, en el varemos de ejércitos alcanzamos solamente el número 32 de la lista. Claro que los países que están por encima, o bien son grandes potencias o se encuentran en situaciones bélicas o prebélicas que les obligan a estar armados hasta los dientes y dedicar la mayor parte de su presupuesto a gastos de defensa.

     Pero, ya se sabe, que si se quiere estar en buen lugar en el tapete internacional, hay que pagar un precio por esa presencia con otras más peligrosas y costosas como son las misiones en el extranjero dentro de organismos supranacionales como la ONU, la OTAN o la Unión Europea. Por eso, uno de los  problemas a que ya ha comenzado Carme Chacón a hincarle el diente es el asunto de la presencia de nuestras tropas en el extranjero, uno de los aspectos que ocupan un lugar principal en la nueva Directiva de la Defensa Nacional, presentada por la ministra al Rey en el Consejo de la Defensa Nacional.

    En el aspecto estrictamente interno, Carme Chacón está obligada por Ley a elaborar y presentar al Congreso la nueva Ley de Derechos y Deberes de los militares, el malestar callado, pero malestar al fin y al cabo, entre los mandos procedentes de los ejércitos y los que han ascendido “al calor” de los despachos de Defensa, además de conciliar el recorte de los presupuestos con las necesidades que se derivan de las nuevas directrices citadas.

Directiva de Defensa Nacional

Ya ha sido presentada al Rey en el Consejo de la Defensa Nacional, órgano consultivo y asesor del presidente del Gobierno y para cuyo desarrollo y verificación existe otro órgano permanente. En estas directivas se integran el Estrategia de Seguridad Nacional,  que supone una política interministerial, integradora y multidisciplinar.

    En la actual directiva aparece como gran novedad los cambios en la cuestión de la presencia de nuestras tropas en el extranjero, con cambios políticos y de personal de gran envergadura. Todo ello obligará al ministerio a buscar un gran respaldo social y político al tratarse, según la propia directiva, de una Política de Estado.

    Otro aspecto novedoso de la nueva directiva está en el hecho de que, por primera vez, ha sido expuesta, antes que a nadie, en el Congreso de los diputados, que adquiere así más protagonismo en estas cuestiones.
Misiones en el extranjero.

    Posiblemente sea esta cuestión el tema estrella del próximo año, y también el mayor desafío, para Carme Chacón. Aunque la ministra anunció en el Congreso un aumento a casi el triple del máximo de tropas que España puede destacar a misiones internacionales, al pasar de 3000 a cerca de 8000 militares, en la directiva se es más prudente y se dice que el número de nuestras tropas dependerá de las misiones encargadas por los organismos supranacionales, la aprobación del Congreso y la capacidad operativa de nuestras Fuerzas Armadas.

    Porque el anuncio de la ministra de aumentar hasta casi 8000 efectivos el número máximo, sorprendió en algunos círculos militares. Hay que tener en cuenta que los efectivos de nuestro Ejército de Tierra – cerca de setenta mil militares – y otros problemas hacen muy difícil mantener esa cifra. En primer lugar, si tenemos 7.700 efectivos en el extranjero, eso significa que deberemos contar con, al menos, 23.100 operativos para estas misiones: los que están, los que vuelven y los que hay que preparar para el siguiente relevo.

     Esa cifra no es fácil de lograr en la actual situación, extremo que el ministerio deberá resolver, huyendo de la posibilidad de repeticiones que hasta ahora se han demostrado muy ineficaces por el cansancio de la tropa que acude con gran ilusión al primer llamamiento, pero no tanto cuando esas repeticiones llegan a ser cuatro, cinco o más veces.

    En cuanto a las dotaciones no parece existir un problema de mayor envergadura, aunque el problema existe, sobretodo con el recorte de presupuestos para adecuar estos medios a las misiones. Pero en todo caso no se debe olvidar, en el caso de la antigüedad de algunos blindados a que los a veces se critica con poco conocimiento de causa. Los BMR, por ejemplo, son antiguos sí, pero son exclusivamente vehículos de transporte de tropa blindados para proyectiles de bajo calibre.

    Por último, aunque quedarán otros problemas que resolver, está el deterioro de la confianza de la ONU hacia España por el caso del general Díaz Villegas que dimitió como jefe de la misión en el Congo al no disponer de medios suficientes en el tiempo que él consideraba o por no estar de acuerdo con algunas decisiones del mando civil de la organización. Estaba al mando de 17.000 efectivos de diferentes nacionalidades y a las tres semanas de pisar el terreno, dimitió, lo que causó malestar en Naciones Unidas. y también en algunos círculos militares que consideran que los militares deben cumplirla misión con los medios que se les dan – aunque su obligación sea exigir que se les dote de los que consideran necesarios –y que, además, no dimiten: o piden la baja o son cesados, extremo que, por razones políticas, no se ha dado.

En definitiva, España pretende estar en el gran tapete internacional en el puesto que le corresponde como 8ª potencia mundial en el aspecto económico, pero eso necesita un respaldo con la presencia española en las misiones internacionales de un mundo que pretende ser cada vez más multipolar para no dejar a Estados Unidos, exclusivamente, como gendarme de Occidente, del nuevo orden mundial. Afganistán, tras la elección de Barak Obama en USA, será, probablemente, la primera referencia al respecto y la “Operación Atalanta”, en aguas de Somalia, también.

Cuestiones internas

La elaboración de la Ley de Derechos y Deberes de los militares será el principal caballo de batalla de la ministra en el orden de las cuestiones internas. Existe un mandato en la Ley de Defensa Nacional, pero otro lado cierto temor por parte de los mandos militares que ven en esa Ley un desarrollo del asociacionismo militar que puede conducir a una sindicación encubierta en la práctica expresamente prohibida en la Constitución.

    Aunque en círculos militares ya se considera necesario el asociacionismo para cuestiones sociales, el ministerio de Defensa deberá actuar con tacto para conciliar todos los elementos de la cuestión. Lo que difícilmente podrá hacer es mantener la política del avestruz como hasta ahora – obviar el problema y mirar hacia otro lado- aunque no es menos cierto que en este caso no será el PP el que enarbole  esa bandera en la oposición.

    En resumen, Carme Chacón y su departamento van, a tener un 2009 complicado, por la ambición de la presencia española en el extranjero, la verificación y desarrollo de la Directiva de Defensa, el recorte presupuestario y por algunos malestares más o menos larvados de orden interno. Pero no es menos cierto que la ministra, hasta ahora, ha hecho apuestas concretas y claras – las misiones internacionales y una mayor presencia del Parlamento en cuestiones de Defensa – y ha sabido enfrentarse a problemas internos con autoridad.

No obstante, 2009 dirá.
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