Leire Pajin, el 'bebé' de Zapatero

El viernes guardaba un prudente silencio mientras sonreía picaronamente sin soltar prenda a las muchas, muchísimas personas que la apabullaban para saber si era ella la ‘elegida’ por Zapatero para ser su ‘número 3’. Numerosos periodistas, compañeros de partido y simpatizantes se arrimaban a ella para ver si se le escapaba alguna frase, algún gesto que dejara entrever que era esa misteriosa dirigente que iba a ocupar la secretaría de Organización del PSOE. Pero Leire se reían y callaba entre divertida y apabullada. El sábado, ya confirmada en el cargo,  era la imagen de la felicidad.

La joven alicantina (de adopción porque en realidad nació en San Sebastián) repartía abrazos a diestro y siniestro -especialmente entrañables los que cruzó con la ‘vice’ De la Vega y con la jovencísima ministra Aído- , y daba las gracias sinceras a sus compañeros de partido por el caluroso recibimiento que le brindaban.

Su meteórica carrera política en el PSOE, partido en el que se afilió a los quince años como militante de la agrupación de Benidorm -en la que sigue-, es deslumbrante. Con tan solo 31 años, solo le falta ser ministra, algo que ha conseguido sin que ni ella misma lo esperara su compañera y amiga, la andaluza Bibiana Aído, apenas un año ‘mayor’ que ella. A Zapatero le encanta sorprender y con Aído lo hizo con creces aunque no siempre ser joven es garantía de buen hacer y de acierto. Con Leire también ha sorprendido, pero menos. Todo el partido sabe que es la ‘niña de sus ojos’. Que el líder socialista siente verdadera debilidad por Leire por su empuje, simpatía y capacidad de trabajo.

Ayer por los pasillos del palacio Municipal de Congresos, lugar donde se ha celebrado el 37º Congreso del PSOE -que pasará a la historia como el de la re-renovación-, había quien criticaba su nombramiento. Claro. Los ‘ibarras’, esos veteranos dirigentes que creen que no se puede poner a un ‘bebé’ al frente del aparato del partido del que ellos han formado parte durante décadas, han controlado y han taponado generacionalmente también durante décadas resistiéndose como gato panza arriba a la renovación.

“El futuro es de los jóvenes”, solía decir en sus mítines Felipe González, presente ayer en el cónclave, advirtiendo a la vez que “las mujeres viene empujando”, haciéndose un hueco, a veces a base de codazos, en un mundo masculino y endogámico como es el de la política. Estaba claro.

Lo único que va a echar de menos Leire es su cargo de secretaria de Estado de Cooperación en donde encajó como un guante. Un cargo en donde se la veía feliz y radiante. La vida le va a cambiar ahora sustancialmente. Quizá termine aterrizando en Valencia, como quiere en el fondo Zapatero, quien sabe. Pero lo que es seguro es que  allá donde vaya lo hará con esa alegría que transmite y que ojalá no pierda. Que tenga cuidado.