www.diariocritico.com

Los compromisarios de Madrid pasan de aplaudir a Gallardón

sábado 21 de junio de 2008, 21:14h
El congreso del PP se empieza a animar según nos cuenta nuestra canapera Gema Lendoiro. Aunque no tenga demasiada emoción una única candidatura, lo cierto es que los rifirafes que se traen entre los compromisarios (especialmente los de Madrid) hace que una observadora desde la barrera como yo se divierta un poco. Ya que toca trabajar, al menos que no echemos unas risas.

El día de hoy ha tenido dos puntos fuertes de los dos hombres fuertes del partido: José Mari que se ha ido pero como si no lo hubiera hecho y Mariano Rajoy que lucha contra todo para quedarse. Aznar ha hecho un discurso duro y que recuerda al que hizo en 2004 y al pronunciado en el Hotel Intercontinental en la presentación de su último libro. La dureza ha sido su aliada. De respaldo a Mariano, ni hablar, y la única vez que lo ha hecho ha sido brindándole un apoyo responsable que es lo contrario a uno incondicional. Vamos que sí, pero no y que lo va a estar vigilando. Por cierto, que me llamó poderosamente la atención y escuché después que fue muy comentado(los realizadores no lo pillaron pero yo estaba en el plenario y lo vi con mis ojitos) que cuando Aznar dijo que “no podemos hacer nuestras las críticas del PSOE”, ESPE fue la única en levantarse para aplaudir. Con tonterías a ella estas alturas, vaya.

Antes del discurso de Mariano se leyó la lista de los miembros del Comité Ejecutivo y pasmada me quedé cuando vi que la mayor ovación de todas se la llevó Alberto Ruíz-Gallardón, pero no te hagas ilusiones Alberto porque en la zona de Madrid ni se inmutaron contigo. Si es que te quieren mal y poco. Y claro, si en España te quieren y en Madrid no, como estás en política municipal, vas aviado. Si fueras diputado (lo que tú querías) otra gallo te cantaría. Pero tú no desistas, hijo que ya lo decía Cela, en este país, el que resiste, gana. Y si no mira ZP.

Alguien del PP que me cuenta siempre muchos secretillos me ha confesado una teoría que muchos creen: la guerra todavía abierta entre Mariano y ESPE. Y para muestra, un botón. Ignacio González era del Comité Ejecutivo Nacional y como últimamente parece que ha estado bastante brutito con Rajoy, éste lo ha vetado de manera fulminante. Y en justa correspondencia, ESPE, en su particular feudo, que es la Comunidad de Madrid le ha puesto el veto a Manuel Lamela, el consejero de transportes. ¿Que tú me das? Pues yo te la devuelvo y aquí paz y después gloria. Tú serás muy presidente del partido (digo yo que habrá pensado ESPE) pero yo soy la que manda en la Comunidad. En cualquier caso ya sabemos, al menos en lo que a Madrid se refiere, cuál es el gesto político que le mola a Rajoy: prefiere la administración local a la autonómica porque ha introducido a tres miembros del Ayuntamiento de Madrid; Gallardón, Manuel Cobo y Ana Botella y tan solo a uno de la Comunidad que no es otro que Juan José Güemes.

Mientras escuchaba el discurso de Rajoy me dediqué a cotillear un poco al personal que andaba pululando por ahí y para que me quedara la cosa más jugosa logré sentarme en la zona de los compromisarios de Madrid que son los que trasladan la imagen de bronca al resto de España. O al menos, eso es lo que me parece a mí. Vi paseando (como alma en pena) a Carlos Aragonés, el que fuera durante años el ideólogo de Aznar. Quién te ha visto y quién te ve, si es que la política (como el fútbol) es así.

Durante el discurso de Rajoy, y en su repetitivo afán de defender la unidad de España (todos los ponentes han hecho hincapié en este punto y este es mensajito, me temo, para ti, ZP), Mariano puso como ejemplo de ciudades que le importan, entre otras, la suya propia, que no es más que Pontevedra, lo que hizo que los representantes de la ciudad gallega lo ovacionaran de tal manera que contagiaron al resto del plenario y, por fin, se le ovacionó a Rajoy.
Otra cosa que me ha llamado poderosamente la atención y en ello he reparado al encontrarme con Álvaro Ballarín, concejal-presidente de Aravaca-Moncloa, es cómo muchos peperos interpretan la modernidad a la hora de vestirse en fin de semana. Ballarín, como Gallardón, de los pocos con traje y corbata. El resto, y es ahí dónde encuentro una mala interpretación de lo moderno, con pantalones de pinzas que se llevaban hace treinta años y con polos bastante horrorosos. Este hecho demuestra que ser moderno es mucho más complicado que una manera de interpretar la moda en momentos de asueto. En fin.

Siga leyendo más sobre la visita que hizo el canapero al congreso>>
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios