"Sólo puedo decir que el día de hoy es histórico", señaló
Lula en unas breves declaraciones tras la cumbre, que reunió a los principales países avanzados y en desarrollo para iniciar el proceso de reforma del sistema financiero mundial.
"Salgo de aquí con la certeza de que la geografía política del mundo ha ganado una nueva dimensión", declaró el presidente brasileño antes de reunirse con su homólogo chino,
Hu Jintao.
Brasil ha reclamado durante años una mayor influencia de los países en desarrollo en los foros e instituciones internacionales, así como su entrada en el G-8, de los países más ricos.
Lula dijo que la importancia ganada por el G-20 no supone el fin del G-8, pero ese grupo se quedará como
"un club de amigos", en su opinión.
El presidente brasileño afirmó que hace seis meses nunca habría imaginado que el G-20 iba a ser el grupo designado "para definir de forma colectiva la reforma de la economía mundial".
Los participantes en la cumbre convocaron otra reunión de jefes de Estado y de Gobierno del G20 para antes del 30 de abril, lo que Brasil ha interpretado como una consolidación del grupo como el foro en el que se decidirá el futuro del sistema financiero mundial.
El G-20, que Brasil preside actualmente, fue creado en 1999 tras la crisis asiática como un espacio de encuentro de los ministros de economía de países desarrollados y en desarrollo.
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