El dinero demuestra, una vez más, que es miedoso
Momentos similares a los de la Gran Depresión de los años 30
jueves 25 de septiembre de 2008, 09:58h
Hedge Funds, Sicavs, Fondos Matador, similares, asimilados. Todos estos productos financieros, tan celebrados en momentos de bonanza económica, son los únicos que cuentan con dinero suficiente como para mover el mundo. Y, desde que, a principios de los noventa, se derrumbaron los regímenes comunistas, estos fondos campan a sus anchas. Hacen y deshacen y la economía real la que verdaderamente cuenta, no es otra cosa que una comparsa que baila al ritmo que ellos imponen. Y eso lo han advertido ahora, en el peor momento de todos, los expertos que consideran necesario aprender la lección y llevar a cabo una profunda reforma del sistema financiero.
Forbes, la prestigiosa revista que publica, anualmente, una lista con las grandes fortunas mundiales, demuestra, cada vez que publica el ranking, que en poco más de dos centenares de personas se concentra el producto interior bruto no sólo del conjunto de los países tercermundistas, sino también de algunos de los considerados “desarrollados”. Y esos magnates tienen bien clara la máxima de que “el dinero ni se crea ni de destruye, sólo cambia de manos”. Y ese parece ser el lema de todos esos fondos especuladores que circulan por los mercados financieros mundiales, y que acaban por refugiarse en las zonas tranquilas del extremo oriente, cuando la tormenta arrecia. ¿Alguien se ha parado en mirar lo que está pasando estos días en bolsas como la de Hong Kong o Singapur?
El problema es que esos productos financieros son insaciables. No se conforman con ganar dinero. La avaricia es de tal magnitud que lo quieren todo y compiten entre ellos por eso: por conseguirlo todo.
Ahora, cuando en los Estados Unidos los responsables de la primera potencia económica mundial dicen que “la crisis es de una magnitud desconocida” nos están mandando el mensaje de que a esos productos avaros y con claros componentes especulativos no son capaces de pararlos por lo cual lo que viene es peor todavía de lo que pasó en los años 30 del siglo pasado. La peor crisis económica jamás pasada.
Precisamente cuando se logró superar la Gran Depresión, las grandes potencias, Estados Unidos, Gran Bretaña, y Francia, discutieron, entre otras cosas, la posibilidad de reprimir a los especuladores para evitar que estos se aprovechasen de situaciones dramáticas como la vivida. No fue posible llegar a un acuerdo en torno a este tema.
Ahora, los analistas vuelven a plantear esta posibilidad. ¿Dónde está el límite legal del enriquecimiento? Sabemos cuales son los límites morales y éticos pero nunca nadie se ha atrevido a poner coto a este tipo de ambiciones, y menos en una época como la actual en que no existe alternativa posible al capitalismo que vivimos.
Todavía no hemos salido de esta. Y vamos a tardar un poco, seguro. Pero ya es hora de reflexionar sobre las medidas que hay que llevar a cabo para que cosas como las que estamos viendo no vuelvan a ocurrir.
Si (
No(
