Un referéndum en Cataluña

¿Un referéndum de autodeterminación? ¿Por qué no? Siempre que sea legal. Ahora no lo es, porque no cabe en nuestra  Constitución. Esta es nuestro marco legal básico de convivencia. El actual y que hay que respetar. Pero puede cambiar.

Y seguramente convenga que cambie. Porque es muy probable que despejara actuales temores, no siempre bien fundados, y echara por tierra posturas de victimismo que crean tensiones, interesadamente alentadas y con frecuencia más virtuales que reales.

Una democracia será tanto más auténtica cuanto más lo legítimo esté dentro de lo legal. Es decir, que el marco legal acoja la cantidad máxima de lo legítimo.  En caso contrario, siempre habrá algún déficit, y este déficit será explotado por quienes consideran –siempre los habrá- que sus legítimas aspiraciones no están reconocidas legalmente.

La legalidad, debe acoger al máximo de lo personal y colectivamente legítimo, y regularlo, no ahogarlo ni  ciudadanas y sociales, para que no colisionen entre sí y para que se desarrollen con normalidad.

Que unos pueblos, o colectivos con identidad y cohesión suficientes, por  distintas y varias causas, deseen decidir sobre su futuro colectivo  en función de la situación en que viven inmersas, parece muy legítimo. Que la ley no se lo permita eternamente, no parece lógico. Hace años lo venimos sosteniendo públicamente (p.e., llibro “Temps  de Rauxa”). Y, por tanto, también que se estudie la posibilidad de modificar la Constitución, en este punto.

Voces serias y solventes (constitucionalistas, profesores, políticos y periodistas solventes, etc.) están en esta línea. Ahora mismo, a través de la televisión oficial catalana, en el prestigiado programa de Cuní, de TV3, dos periodistas y comentaristas tan ponderados y con tanta trayectoria y solvencia como Luis Foix (exdirector de La Vanguardia) y Antonio Franco (exdirector de El Periódico) se han pronunciado en este sentido.

Y sus puntos de vista expresados, a mi juicio se complementan sabiamente. Foix se declara claramente partidario de que se pueda celebrar, con garantías, un referéndum en Cataluña. Franco propone, como una de las garantías, que ir a votar sea obligatorio para todos los ciudadanos de Cataluña. Así se expresaría, de una vez, la legítima voluntad de unos ciudadanos, en el sentido que sea, y ello sin que ningún sector minoritario o sectario pudiera atribuirse o manipular el deseo mayoritario que habría salido de la participación obligatoria de toda o casi todos los ciudadanos sin distinción y con el mínimo de ausencias.

Modificar, en el momento oportuno y por las vías legales (con el pacto de los grandes partidos, como mínimo) la Constitución en este aspecto, creo sería una medida de higiene democrática.

Wifredo Espina. Es comentarista político y exdirector del Centre d’Investigació de la Comunicació.