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La victoria del frentismo

La victoria del frentismo

sábado 19 de septiembre de 2009, 13:09h

José Luis Rodríguez Zapatero se ha presentado ante el Comité Federal del PSOE con un discurso especialmente ideologizado en el que ha defendido la vigencia de su proyecto cesarista “porque sigue siendo la gran expectativa de la inmensa mayoría de este país”. Sin un atisbo de autocrítica, sin un sentimiento de humildad por los errores del Gobierno, Zapatero se ha dirigido durante 70 minutos a los miembros del Comité Federal con unas palabras de reafirmación de las políticas que su Ejecutivo ha puesto en marcha para paliar la crisis económica, sin el menor deseo de cambiar ni de procedimientos ni de estrategias ya que lo hecho hasta ahora -Zapatero dixit- dará buenos resultados.

Zapatero ha presentado ante un domadísimo Comité Federal socialista lo que ya es sin duda el triunfo del frentismo. No ha hablado para nada de impuestos y las líneas maestras de actuación para el próximo año presentadas este sábado conllevan no medidas espectaculares contra la crisis económica, no genialidades para desarrollar una economía productiva en España que cree empleo, sino la remisión al Parlamento de una serie de leyes que van a enfrentar inevitablemente a la sociedad civil, convencido por sus áulicos asesores –especialmente por su gurú de cabecera, Ignacio Varela- de que un enfrentamiento civil redunda en la pesca de votos por la izquierda.

“Tenemos un proyecto político”, era el mensaje que Zapatero quería trasladar a la elite socialista, una clase domesticada en la que la crítica al César se resuelve exclusivamente en conversaciones off the record en los pasillos parlamentarios, y no dando la cara en los órganos de gestión internos. Un ‘proyecto político’ que pasa por la apuesta de firme de tres leyes más que polémicas: la del aborto libre, la de libertad religiosa y la de igualdad. Una cuarta ley simplificará los trámites administrativos y su quinta ley estrella, la de la economía sostenible, la sacará también adelante pero sin consensuar con el principal partido de la oposición. Ese mismo proyecto es el que –ha dicho Zapatero- llevará para impulsarlo en Europa durante el semestre de la Presidencia Española.

Aquejado de un desgaste inevitable por los cinco años de Gobierno y el golpe mortal de la crisis económica, el Federal del PSOE ha visto este sábado a un Zapatero más iluminado que de costumbre. Como hiciera en Rodiezmo, ZP se ha quitado la chaqueta para colocarse la zamarra ideológica y establecer el debate político en términos radicales que engarzan bien con palabras como bienestar o recuperación de las libertades. Ahí, en ese punto, no hay discusión ni en la familia socialista ni en la izquierda en general; lo malo, es que el presidente del Gobierno ha obviado asuntos tan incómodos como el cómo nos va a sacar de esta crisis galopante que amenaza con arrojar más gente al paro a lo largo de 2010.

Zapatero ha obviado no sólo qué impuestos va a subir para cubrir el ‘cheque social’, sino cómo va a retomar el diálogo con sindicatos y empresarios, con qué fuerza, con qué base; cuánto nos va a costar la financiación autonómica y de dónde va a sacar el dinero; qué va a ocurrir con el Estatut de Cataluña, que sigue desarrollándose en el Parlament sin haber aún sentencia del Constitucional que amenaza con ser muy dura… ni una idea, ni una palabra sobre ninguno de los grande temas que afronta este país. Y eso sin hablar de los abandonos de antiguos corresponsables de su proyecto que dejan un barco que hace aguas.

El presidente sigue viviendo en su ‘Moncloa de las maravillas’ y así se lo ha transmitido a la cúpula socialista reunida en la calle de Ferraz. Les ha pedido, en realidad, suplir con ideología la carencia de ideas prácticas. Les ha dicho que no habrá pacto con el PP –donde “hay más enredos que ideas”-, les ha agradecido el apoyo, personificando tal agradecimiento en Leire Pajín, les ha convencido con frases grandilocuentes como que “hemos dicho no a los poderosos que quieren otro modelo social” y se ha sacado de la chistera –del sombrero, no del chiste, aunque también valdría para el caso- el aplazamiento de la deuda de los ayuntamientos por valor de 1.500 millones de euros y la concesión de un 15 % de los 5.000 millones destinados al nuevo Fondo de Inversión Municipal, es decir, 750 millones, para gastos de Educación. Lo que no ha dicho, desde luego, es de dónde va a sacar el dinero. Pero es fácil deducirlo.

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