Im-presentables del lunes, 8 de febrero 2010

¿Y los 238 millones?

El líder de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, sigue con sus problemas empresariales y sin dar la cara.

    El Grupo Marsans tiene un 'agujero' de 380 millones de euros y este lunes los bancos que negocian con Ferrán parte de la deuda se han llevado una desagradable sorpresa. Resulta que un documento que resumía la situación de la empresa a finales del año pasado ponía de manifiesto que se habían 'esfumado' 238 millones de euros previsiblemente para sufragar las deudas de otros de sus negocios, según publica El Mundo. Entonces, Díaz Ferrán sólo argumentó a la empresa que no se podía contar con la devolución de ese dinero, sin dar una sola explicación sobre dónde había ido a parar. Algo que no ha querido aclarar aún, a pesar de que la empresa se encuentra en causa de concurso de acreedores y la mayor parte de la responsabilidad, como pone de manifiesto el citado documento, la tiene precisamente su gestión.


Las largas vacaciones parlamentarias

¿Y el Congreso de los Diputados? Bien, gracias... bien para sus parlamentarios que, a pesar de los gravísimos problemas económicos por los que atraviesa el país, llevan de vacaciones dos largos meses y hasta mañana martes no está convocado el primer pleno. Tal es la preocupación real de los profesionales de la política y teóricos representantes de los españoles en el que debe ser el foro esencial de debates y soluciones.

Y eso que hay figuras como la Diputación Permanente e incluso, ¿porqué no? alguna convocatorias excepcional en Comisiones para debatir y votar, a favor o en contra, las teóricas soluciones que se les ocurran a esos nuestros teóricos representantes buscando algún parche momentáneo que pueda suponer un alivio real o de imagen para dar confianza al pueblo llano de que sus señorías se ocupan y preocupan por los problemas que afectan al país.

En fin, ya sabemos de la escasa productividad de nuestros políticos, siempre enzarzados en luchas verbales por el poder, pero no en el lugar de debates y de hablar -de ahí lo de Parlamento-, sino en sus respectivos feudos o en los medios de comunicación. En fin, que se han ganado todos un 'impresentable' conjunto.  
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Pues gentes que sin duda merecedoras de respeto, que habitualmente se comportan con normalidad, pero que, ocasionalmente, hacen cosas im-presentables. Gentes conocidas, populares, que a veces se ‘pasan' unos cuantos pueblos. Pretende ser una sección amable. Una cosa es ser (ocasionalmente) im-presentable y otra merecer la condena de la sociedad por acciones repudiables y aborrecibles.