El PSOE conmemora este jueves en el Congreso el centenario de la creación del Grupo Parlamentario Socialista, del que
Pablo Iglesias fue su primer diputado… y recogió su acta tal día como hoy de 1910.
Alfonso Guerra, primer portavoz socialista en el Congreso tras la muerte de
Franco y el inicio de la transición democrática, abrió el turno de oradores, un turno, por cierto, no exento de polémica por el 'malentendido' de que también estaría en la tribuna el ministro de Fomento y vicesecretario general socialista,
José Blanco, algo que no estaba en el guión.
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Había expectación por lo que dijera Guerra en un momento tan delicado para el Gobierno de
Rodríguez Zapatero. Y no defraudó. Hizo un discurso académico, pero entre líneas pudo leerse en algunos momentos un velada crítica que surge al contraponer la 'austeridad' del fundador Pablo Iglesias y la situación vivida con posterioridad; la forma en la que Iglesias accedió en 1910 como diputado haciendo entrar en el Hemiciclo "la voz del pueblo llano y de los desheredados", y alabando la "radical rebeldía" del fundador frente a las injusticias.
Un discurso en el que, aleando la historia con la realidad presente, definiendo plenamente el sentido de la 'libertad' y de la 'igualdad' para los socialistas históricos -los dos grandes principios identitarios del socialismo-, Guerra ha hablado de forma directa y sin ambages de "la continuidad con el socialismo de Pablo Iglesias", de una vuelta a "lo que da valor al socialismo: las bases que lo sustentan, no las estrategias". Es decir, ha aprovechado para pedir veladamente un giro social a la política del Gobierno de Zapatero.
Respuesta a Guerra: cierre de filas
Como suele ser en estos casos, la respuesta a las sugerencias de Alfonso Guerra han llegado por los otros tres ponentes,
José Antonio Alonso, actual portavoz parlamentario socialista;
Gregorio Peces-Barba, ex presidente del Congreso, y
José Bono, actual presidente de la Cámara Baja, con un auténtico cierre de filas con la actual dirección del PSOE y con el Gobierno de Zapatero en "estos difíciles momentos de crisis".
Peces-Barba dijo textualmente que "en estas horas de crisis debemos permanecer unidos en torno a nuestro partido, en esos ideales de igualdad y libertad de que hablaba Alfonso, y en torno a nuestro Gobierno". Es decir, la unidad por encima de todo.
José Bono, acérrimo enemigo de Guerra ya desde el 'felipato' dijo básicamente lo mismo que Peces-Barba, pero con más gracia: en esta época de dificultades económicas "somos y debemos seguir siendo una minoría [se refiere a minoría-mayoritaria en el Congreso que sustenta al Gobierno] de cemento", para añadir más explícitamente que "acertamos cuando apoyamos al Gobierno" y que "no acertamos cuando no lo apoyamos".
El actual portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, José Antonio Alonso, fue aún más lejos que los anteriores, al responder que frente al principio de 'libertad' del que hablaba Guerra, este Gobierno ha ampliado, por ejemplo, la ley del aborto, colocándose como referente de las libertades, y que dentro del concepto de 'igualdad', "este Gobierno está comprometido hasta la médula con las políticas sociales".
El 'plato fuerte' será en la tarde este jueves, cuando se encuentren en ese mismo acto el ex presidente Felipe González y el actual jefe del Ejecutivo, Rodríguez Zapatero.
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