Aunque, de momento, se impone la prudencia.
Francisco Camps llegó a Les Corts y se encontró a un grupo que, pese a recibirle con aplausos, destila un semblante de preocupación ante los indicios de delitos -financiación irregular, cohecho activo...- que el magistrado recoge en su escrito. Pero Camps continúa con su denuncia de “montaje” e incluso da un salto cualitativo en sus críticas a los procesos judiciales al calificar el auto del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) de 'corta y pega'.
Aunque el presidente ya dejó caer la defensa de su gestión en la primera pregunta de su portavoz en el Parlamento valenciano,
Rafel Blasco, la auténtica artillería empezó cuando el portavoz socialista, Ángel Luna, se subió a la tribuna para exhibir, como mandan los cánones mediáticos, un Código Penal. “Este es su principal problema, el cohecho está penado con de dos a seis años de cárcel”, le espetó el portavoz del PSPV para evidenciar que la rama valenciana del caso Gürtel “ya no son tres trajes”.
Pero la artillería de
Luna de este jueves era mucho más pesada: “el auto del TSJM es el fin de una ficción y de un anhelo”, “usted sigue en la arenga y el desafío a su propio partido”, “en el tema judicial va de derrota en derrota”, “Rajoy le apoya ahora menos que ayer pero más que mañana”, “Si no le queda nadie que le quiera para decirle lo mal que está, es que está solo”.
"Montaje"
Ante estos dardos, el presidente alzó la voz. Se le notó nervioso y para replicar a la 'embestida socialista' su primer escudo fue denunciar que sufre el “envite de todo un aparato del Estado”. Pese a la contundencia del auto del juez
Pedreira, el jefe del Consell aseguró que pueden "venir 550.000 informes porque, como dicen los informes de la Generalitat, aquí se ha hecho todo correctamente, y el partido está financiado correctamente y, por eso, no tengo miedo de nada".
A su vez para contestar a las advertencias sobre el Código Penal de Luna, el presidente hizo bandera del valencianismo político: “Me cojo a la Senyera y a mis conciudadanos para seguir trabajando por el futuro de esta tierra". La ristra de denuncias sobre un 'montaje' contra su persona y el PPCV acabó con un Camps sacudiendo a todo. Criticó al, a su juicio, auto de “corta y pega” de Pedreira y criticó a una Fiscalía “que no ve caballos” -en referencia al 'caso Bono'- .
En las dos preguntas cortas, el portavoz socialista acusó al presidente de “atrincherarse en el Palau de la Generalitat” y aprovechó para jactarse de sus acusaciones de una 'conspiración mundial'. La contestación de Camps recorrió el mismo camino emprendido en su anterior intervención.
Primero señaló a Luna -“va a compatibilizar su escaño con el banquillo de la Inquisición”, le preguntó- luego defendió su tesis - “no hay nada más hermoso que defender la verdad y a mi me toca como presidente”- y acabó asegurando que las instancias judiciales no le han permitido presentar “ningún papel” para demostrar su inocencia.
El presidente acabó la sesión de control entre risas. Los diputados de Compromís, encabezados por su portavoz
Enric Morera, adecuaron su pregunta -sobre el 'decretazo' del Gobierno- y denunciaron que Camps es como un "boxeador noqueado que no sabe dónde va". El jefe del Consell, con una sonrisa en la boca, aseguró que ganar por mayoría absoluta las elecciones tras una legislatura tranquila no habría tenido "ningún tipo de interés".
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