El fragor de la campaña electoral catalana se trasladó este martes por la tarde por unos breves instantes hasta el pleno del Congreso de los Diputados en donde se debatían las enmiendas parciales a los Presupuestos Generales del Estado de 2011. El protagonista del ‘episodio’ fue el portavoz de ERC,
Joan Tardá, quien de forma bastante acalorada aprovechó la alusión velada que minutos antes había hecho la diputada del PSOE por Málaga,
Ana María Fuentes, sobre
Joan Puigcercós para salir en defensa de su compañero, candidato a la presidencia de la Generalitat catalana.
El diputado republicano reprendió a la diputada y criticó seguidamente el “cinismo rampante” de
Manuel Chaves por acusar a Puigcercós de “xenófobo" y a ERC de no ser realmente un partido “de izquierdas”. Tardá aseguró que “eso es una vergüenza y dice muy poco de ese señor”, mientras recordaba con indignación que “Guerra ha estado durante más de veinte años utilizando en sus mítines chistes con toda clase de descalificaciones e insultos contra los catalanes y sigue aquí sentado sin pedir jamás perdón ni disculparse”.
“No pueden ustedes convertir una anécdota en un icono de la campaña acusándonos de xenófobos porque ahí no nos van a pillar. Nosotros sabemos lo que es ser de izquierdas”, continuó en tono muy enfadado Tardá, quien finalmente afirmó que a ellos estas descalificaciones no les hubieran extrañado si hubieran partido del dirigente del PP andaluz
Javier Arenas “pero que vengan del señor Chaves nos parece incomprensible”.
El 'rapapolvo' fue aguantado estoicamente por el ministro de Educación,
Ángel Gabilondo, que dado que era el turno de la defensa de las enmiendas al presupuesto de su departamento, estaba sentado en el banco azul escuchando la diatriba del portavoz republicano quien dio por zanjado el asunto con una lapidaria frase: “¡No hagamos sangre porque si no terminaremos mal ustedes y yo!”. El presidente del Congreso le dejó 'desahogarse' sin llamarle la atención en ningún momento por no ajustarse al debate.
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