La CEOE tiene a la cabeza a
Gerardo Díaz Ferrán, un empresario polémico que está colocando a la patronal en mal sitio ante al opinión pública. Hace una semana pedía la creación de un "
paréntesis" (?) en el sistema de la economía libre de mercado para que el Estado (léase el Gobierno), ayudará a las empresas quebradas o en trance de quiebra por la crisis. La idea, inspirada sin duda en el "
Plan Bush" para salvar la caída de Wall Street, provocó un considerable rebote por lo que tiene de descarnado oportunismo: las ganancias siempre son privadas, las pérdidas hay que socializarlas.
.png)
No contento con meter la barra de hierro bajo el capó y con el motor en marcha, Díaz Ferrán -que debe tener alterada la tensión tras la celada que acabó con la destitución de
Jiménez Aguilar, el veterano secretario general de la CEOE-, sale de nuevo a la palestra para decir que hay que abaratar el despido del personal que va de cabeza al paro porque la crisis obliga al reajuste de las plantillas.
Desde Nueva York,
Zapatero ha dicho que el Gobierno no comparte esta idea que también rechaza
Fidalgo desde CC.OO. Menos mal. Alguien debería decirle a Díaz Ferrán que la paz social es la premisa inexcusable para reconducir la crisis. ¿A quien beneficiaría que las calles y las autopistas se llenaran de "
piqueteros" -como llaman en Argentina a los grupos airados de trabajadores desesperados-?
Ya que los trabajadores no son los responsables de la crisis, sería doblemente cruel que pagaran por ella con un despido todavía más barato.
Si (
No(
