Un tal
Roger Cohen – que no debe ser un piernas en esto del periodismo ya que le dejan publicar habitualmente artículos de opinión en el
New York Times- ha tenido la singular experiencia de estar charlando durante una hora con
José Luis Rodríguez Zapatero y después lo ha contado.
Cohen de hecho pretendía saber qué es lo que se perdía
John McCain si llega a ser Presidente de los Estados Unidos y no recibe al Presidente del Gobierno español y ha sacado un par de conclusiones.
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Ha dicho que “
Zapatero es un político socarrón, refinado y afable, un socialista con la costumbre socialista europea de divertirse con casi todo y comprometerse con casi nada”, y a continuación ha añadido que
“su charla de letrado rezuma relativismo moral”.
Espero que el tal Cohen haya aprovechado su viaje a Madrid para comer buen jamón, visitar algunos de nuestros singulares museos y tener una charla interesante en el café Gijón con algún escritor, porque para saber cómo es Zapatero no hacia falta que viniese a España.
Ciertamente tiene un encanto en la distancia corta, pero si la charla se prolonga un rato, la “
sinsustancia” del personaje aflora enseguida. Lo que le importa es que todo es relativo, porque todo sirve para conseguir que el día a día no traiga complicaciones.
El relativismo moral se traduce en “
todo sirve”, y eso hace que nada valga.
Por eso Cohen desea que gane Obama y que reciba a Zapatero, para ver si es capaz de convencerle de que los gobernantes deben ser serios si quieren que sus pueblos también lo sean.