El nuevo jefe de IU ha empezado fuerte al mando de la coalición de izquierdas. Se nota que es el discurso que quiere su partido. Preguntado en una entrevista en
Radio Nacional por los recelos sobre su perfil excesivamente 'duro', bromeó al asegurar que él no se ha
"comido a ningún niño" ni ha
"quemado ninguna iglesia". Por contra, indicó que en el PCE hay
"gente normalita que aspira a una sociedad más justa y mejor".
Aprovechó también para criticar al PSOE y adelantó que IU luchará por "forjar una alternativa por la izquierda", debido a que los socialistas "han renunciado de una manera muy seria no sólo a practicar el socialismo, sino la socialdemocracia en determinadas políticas".
Según dijo, el PCE no es un "lastre" para IU, del mismo modo que tampoco son un lastre el "resto de compañeros de otras opciones políticas independientes". "Nos necesitamos todos para elaborar nuestras políticas y trabajar en lo fundamental, que son los problemas de los parados, los jóvenes hipotecados, los problemas de igualdad y todos los problemas sociales", planteó.
También tuvo palabras para su antecesor, Gaspar Llamazares. El nuevo coordinador general de IU aseguró que mantendrá con el todavía diputado unas relaciones de "normalidad democrática" y "buena sintonía". Además, recalcó que Llamazares es "buen diputado y muy trabajador", y recordó que su labor en la Cámara Baja responde al programa defendido por IU.