Entre la manipulación de datos y el pique de los grandes
Las 'recurrencias bancarias' dejan perplejos a los ciudadanos
jueves 29 de enero de 2009, 09:35h
Más de uno se quedó perplejo, este miércoles, al conocer los resultados de los dos grandes bancos del país, el Santander y el BBVA. Hasta tal punto llegaron las cosas que en una comparecencia, casi forzada, el presidente del Bilbao Vizcaya Argentaria, Francisco González, atacó a su homólogo, Emilio Botín por publicar los resultados el mismo día que ellos.
Y no es eso lo peor. A primera hora de la mañana, BBVA, en una nota a la Comisión Nacional del Mercado de Valores declaró que había ganado menos que en 2007 una vez hechas las cuentas. Exactamente un 18,1 menos, 5.020 millones. Nada imprevisto porque ya se había anunciado que los bancos, este año, ajustarán sus resultados para evitar que la ciudadanía vea en ellos los únicos que están sacando tajada a la crisis.
Curiosamente, el BBVA en un segundo párrafo de la nota remitida a la CNMV dejaba claro que si se tenía en cuenta "el beneficio recurrente", el beneficio fue mucho mayor, casi parecido al de 2007, apenas un 0,2% menor. El denominado "beneficio recurrente" no es otro que el que no tiene en cuenta los gastos extraordinarios, sobre todo provisiones para cubrir la morosidad, y, en la actualidad, el dinero que hay que poner encima de la mesa por las pérdidas ocasionadas al banco por la estafa de Madoff, 300 millones de euros que le cuesta al Banco el haber prestado dinero a sus clientes para invertir en los fondos que posteriormente resultarían fraudulentos.
Tercer dato: la morosidad. BBVA reconoce que el ratio ha subido al 2,12% desde el 0,89% del año.
Hasta ahí todo normal. Da la sensación que en la batalla por explicar los resultados, los responsables de comunicación de la entidad que preside Francisco González tuvieron un comportamiento riguroso. Nada que objetar. Todo lo contrario, en la comunicación a la CNMV se decían verdades como puños.
Y en esto, tres horas después, el Santander, en una maniobra muy criticada en medios financieros, daba a conocer sus resultados. Pero con una diferencia. Los beneficios "recurrentes" se daban en lugar destacado obviando los beneficios descontadas las operaciones especiales como las que va a costar a la Entidad el tener que resarcir de sus pérdidas a los afectados por el Caso Madoff. En total 500 millones de euros. Y, claro está, los "beneficios recurrentes" son de 8.876 millones de euros, un 2% menos que en 2007. Los otros beneficios netos, los que verdaderamente compararán la política de negocio de Emilio Botín con la de Francisco González, se conocerán dentro de una semana, el 5 de febrero.
Todo es cuestión de semántica. El beneficio recurrente del BBVA fue un 0,2% menor que el de 2007. El del Santander, un 2% menos. Si tenemos en cuenta tal comparativa, la batalla por los dividendos la habría ganado Francisco González. Pero, en realidad, lo que ahora importa, tal y como está el panorama, son otras cosas, como las partidas contables destinadas a provisionar el dinero que los morosos no pagan, o las compensaciones por los escándalos financieros que están ensayando. Y en ese sentido, FG sí puede decir que la batalla la ha ganado. Sus clientes invirtieron menos que los del Santander en el chiringuito de Madoff y eso, al final ha acabado por notarse en los resultados.
Aún así, en ambientes financieros el "mosqueo" es generalizado. Nadie entiende que los dos colosos se hayan enfrascado en una guerra de cifras que, en realidad, no conduce a nada. Sólo se trata de imagen, y la imagen lo único que repercute es en las bolsas. Pero sólo a corto plazo como se está comprobando en estas crisis. El inversor inteligente puede comprar, pero si la cosa no va bien, acaba por vender. Como ejemplo valgan dos números. Hace un año, la acción del BBVA se compraba a 18 euros. Ahora se adquiere a 8. Y todo ello con beneficios incluidos