El cardenal de Madrid,
Antonio María Rouco Varela, acaba de eructar este fin de semana un nuevo exabrupto. El jefe de los obispos españoles se sentía el pasado jueves, día 26, feliz y dicharachero en el Salón de Actos del Seminario de Madrid, como invitado estelar durante la presentación del libro “Aprendamos a amar”. El viejo cardenal (por edad y por ideas) soltó muchas perlas:
“El Estado ha invadido un campo que no le pertenece”, dijo, refiriéndose a la educación sexual de los jóvenes españoles, e invitando a los católicos a
“exigir que haya libertad no condicionada en este terreno, y a tener más hijos”. Y ahí llegó la fatal y estadística frase genial, que recuerda
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aquellos tebeos de infancia del Guerrero del Antifaz:
“Porque en Europa y en España, dentro de poco sólo habrá hijos de musulmanes”. Ya lanzado en sus improvisaciones –de la mano del Espíritu Santo- invitó a los matrimonios españoles a procrear,
“porque las sociedades europeas son ya sociedades de viejos”. Esta constatación le llevó irremediablemente al exabrupto de marras.
El auditorio debió divertirse de lo lindo, especialmente al escuchar la intervención de la Directora de la Fundación Desarrollo y Persona,
Nieves González Rico con aseveraciones tales como que
“el Gobierno se está limitando simplemente a que los jóvenes aprendan habilidades con el preservativo”, o que nuestra juventud está compuesta por
“jóvenes envejecidos y desgastados en un cuerpo joven”, apoyando esta afirmación (pareciera sacada de “Pilates”) en ejemplos y supuestos somáticos que hicieron las delicias del cardenal:
“Los jóvenes se preguntan: ¿Por qué tengo erecciones por la mañana? Los manuales contestan: porque se acumula la sangre en el pene. Y habría que decirles: no sólo por eso, sino también porque te estás preparando para amar…Y lo mismo pasa con la lubricación de la mujer”.
“A los jóvenes –dictaminó la tal Nieves, influida quizá por la presencia mediática de los Nachos, Dinios y Lecquios de turno-
“les preocupa el tamaño de sus genitales”, redondeando su tesis del macho-man con este escolio:
“El prototipo del joven actual es alto, guapo, culito pimpollo y con tabletas de chocolate en el pecho”. Nieves se sentía inspirada:
“No entregues el beso a cualquier desconocido de la discoteca”.
“Aprended a ser amigos sin ser gays”. ¡Si Pilar Primo de Rivera levantara la cabeza! ¡Es casi seguro que jamás habrá asistido el cardenal gallego a una clase de sexología más explícita en su vida!
Al cardenal no sólo no le gusta la educación sexual que se está impartiendo en nuestro país- eso ya lo sabíamos-, y le ríe las gracias a la genial sexóloga Nieves González Rico, sino que la conclusión a la que llegó el jueves pasado, tras constatar la peripecia sexual de los jóvenes españoles, fue que, a este paso,
“dentro de poco sólo habrá en España hijos de musulmanes”.
Dejando de lado las connotaciones de humor negro que se pueden apreciar en el Encuentro del jueves en el seminario madrileño, uno se pregunta con asombro cómo puede llegarse a tal conclusión cuando la Iglesia del Vaticano II, y la propia revista oficial del Episcopado (Ecclesia) esta misma semana, se han referido a los
“puentes de amistad en el encuentro de los valores comunes entre católicos, judíos y musulmanes”. El semanario citado invita a preguntarnos expresamente en uno de sus últimos números: “Cristianos, judíos y musulmanes, ¿hijos de un único Dios?”. Y por si fuera poco se extiende en recordar los textos de aquel Concilio -¡que ya parece tan lejano!- y del propio Episcopado español acerca de la necesidad de cohabitar y convivir y reconciliarse de las tres religiones monoteístas, con un Dios común. (Hoy hay en España cerca de 100.000 hijos de musulmanes en edad escolar). Pero al paso que vamos –al paso del cardenal cada vez más viejo- la Iglesia católica acabará convirtiéndose –si no lo es ya-, y a juicio del siempre sugestivo teólogo
Hans Küng, (que por otra parte ha dejado de fiarse de su antiguo amigo y compañero de cátedra
Joseph Ratzinger, hoy Papa Benedicto XVI)
“en una secta”.
Si (
No(
