Una boa constrictor es encontrada en una calle del centro de Santander

Una boa constrictor fue encontrada el martes en el centro de Santander, adonde llegó después de escaparse del terrario en el que se vivía y meterse en el coche de su propietario. El terrario estaba instalado en un garaje en la calle Alféreces Provisionales, en Castilla Hermida.

   El propietario del reptil advirtió la ausencia de su mascota cuando volvió a su casa después de trabajar. Este hecho, unido a que había oído que por la mañana se había dado mucho movimiento en el centro, le hizo sospechar que su boa podía haber sido la culpable. Acto seguido se dirigió a la comisaría de la Policía Local en la calle Castilla para denunciar la desaparición. Allí relató que el animal podía haberse escapado por un agujero del terrario y haberse introducido en su coche, del cual debió caer a la altura de la calle Isabel II cuando su propietario iba a trabajar.

    La boa quedó a la altura del número 10 de esa calle, y allí fue donde los peatones la encontraron. Uno de ellos avisó a la Policía Local de Santander, que transmitió el aviso. Fue el agente David Sierra, del cuerpo de movilidad, quien se acercó a la zona tras recibir la comunicación.

Frente a una pastelería

"Mi primera impresión es que no podía ser, que era algo muy raro. La sorpresa fue que sí", relató el agente. Al llegar a la zona, el reptil, de un metro y medio de largo, se encontraba enroscado frente a una conocida pastelería y rodeado de curiosos que le hacían fotos.

  El agente de movilidad relató que en un principio no supo ni qué hacer, y comunicó la situación a la central para que enviaran un equipo policial adecuado.  "Era un peligro para la gente y para los vehículos, que se quedaban mirando" en lugar de circular correctamente, relató Sierra.

    Poco después de llegar el agente al lugar, la boa constrictor comenzó a reptar en dirección a una tapa de alcantarilla en la que quería meterse. Para evitarlo, uno de los comerciantes de la zona tapó la rejilla con una caja de cartón a la que el agente, valiéndose de los pies y sin tocarla con las manos, consiguió atraerla e introducirla.

   Fue esa caja la que posteriormente recogieron los miembros del Equipo de Protección del Medio Ambiente (EPROMA) de la Policía Local, que a su vez dieron aviso a la Guardia Civil para que procediera al traslado al Parque de la Naturaleza de Cabárceno.

   Ahora su dueño tendrá que presentar la documentación para acreditar que puede tener este animal para poder recuperarlo.