Esta bajo ánimo contribuye al vuelco en la intención de voto de los españoles con respecto a hace tan solo cinco meses: el Partido Popular ganaría hoy las elecciones, aunque no obtendría una mayoría absoluta para gobernar. Los españoles no respaldan la labor de oposición, pero el PP está, pese al escaso entusiasmo que despierta Mariano Rajoy (solamente le aprueba la mitad de sus votantes, según El País), 1,2 puntos por delante del PSOE.