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Chile inició hoy la cuenta regresiva para la segunda vuelta presidencial, donde unos 8.2 millones de electores definirán la continuidad de la gobernante Concertación o un cambio de rumbo político que llevaría a la derecha al poder.
En la contienda del próximo domingo se medirán los candidatos Sebastián Piñera, de la derechista Coalición por el Cambio, y el ex mandatario Eduardo Frei, abanderado de la alianza de centro-izquierda que se mantiene en el poder desde el fin de la dictadura.
La jornada será crucial para el futuro de la Concertación, ya que por primera vez el conglomerado llega a una segunda vuelta con el antecedente de haber perdido la primera contienda y con una diferencia difícil de remontar: 15 puntos porcentuales.
En los comicios del 13 de diciembre, Piñera se alzó con un triunfo al obtener el 44 por ciento de la votación, mientras Frei consiguió un 29.6 por ciento de apoyo, seguido del independiente Marco Enríquez-Ominami (20.1) y el izquierdista Jorge Arrate (6.2).
Analistas locales han coincidido en que el desgaste político de la Concertación, tras 20 años al frente de los destinos del país, favoreció el fortalecimiento de la candidatura de Piñera, un acaudalado empresario y ex senador derechista.
Hasta el momento, todas las encuestas sobre intención de voto coinciden en señalar a Piñera como el favorito a ganar la elección, pese a los esfuerzos del comando de Frei por sumar a su campaña al electorado que apoyó a Enríquez-Ominami y Arrate en primera ronda.
La coalición gobernante, además, no ha podido capitalizar a favor de Frei la popularidad que ostenta la presidenta chilena Michelle Bachelet, quien se apresta a finalizar en tres meses más su mandato de cuatro años con un histórico 81 por ciento de respaldo ciudadano.
Piñera, por el contrario, ha mantenido a lo largo de la carrera por el presidencial Palacio de La Moneda una consistente "imagen de triunfo", que podría llevarlo al poder en caso que los chilenos le refrenden su apoyo, como ya lo hicieron en diciembre pasado.
A siete días de los comicios, los dos candidatos en contienda intensificaron sus esfuerzos proselitistas en Santiago y las principales ciudades del país, en una arremetida final destinada a buscar el voto de indecisos que puedan reforzar sus posiciones.
Un triunfo presidencial de la derecha representaría el regreso al poder de varios personajes que colaboraron con la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), aunque Piñera rechazó en el plebiscito de 1988 la permanencia del fallecido general en el poder.
El padrón electoral chileno asciende a ocho millones 285 mil 186 personas, que deberán elegir el próximo domingo si desean mantener el rumbo definido por la Concertación a lo largo de dos décadas o apuestan por un radical viraje político de la mano de la derecha.
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